RAÚL SALGADO / MERO BARRAL | Ferrol | Miércoles 4 octubre 2017 | 23:20
Regresó a casa Javier Gómez Noya. El campeón mundial visitó a los alumnos de la escuela del Triatlón Ferrol que lleva su nombre, estancia que despertó expectación entre jóvenes y adultos desde varios minutos antes de su inicio. Con antelación, el ferrolano se detuvo en la casa consistorial, donde fue recibido por el alcalde.
Está «muy satisfecho» por la temporada ya culminada, más allá de que «siempre se pueden mejorar cosas», y valora que su «objetivo era el campeonato del mundo de medio ironman y lo gané, no me puedo quejar». Entre fotografías, sonrisas y vistazos a la tarea de las promesas, ha admitido que el Mundial ITU «no tuvo tanta prioridad».
«Conseguí mantener el segundo puesto, era mi décimo podio y estoy muy satisfecho», declaró a los medios. Y todo ello con Mario Mola como rival, así que la pugna «era muy difícil; hizo un año muy bueno». A cambio, quedó «segundo y creo que es para estar contento».
A Gómez Noya le «queda una prueba». Aspira en Bahrein a la Triple Corona y pronostica una cita «muy dura; hice un pequeño parón para coger energías». Dotada con un millón de dólares como premio, ya se encuentra «de vuelta al trabajo duro» y con la vista en una distinción «importante».
Ya que «ningún atleta» masculino ha brillado en lo más alto de este evento con nitidez, ese hecho se convierte en un aliciente. Será un circuito «muy plano», con «mucho viento», pero menos complicado que en su experiencia decisiva del Mundial, así que prevé «hacer una buena carrera».
Admite que Hawái es una prioridad para el futuro más inmediato. Va a «centrar por ahí el año» después de «muchos de distancia olímpica», pero no descarta «volver ni Tokio». Eso sí, «las Series Mundiales tengo que dejarlas de lado, no se pueden compaginar».
«No descarto a principio de temporada alguna porque es un formato de carrera que me gusta mucho», afirma Gómez Noya, que confiesa como «incompatible» estar en ambas líneas de competición por coincidencia de fechas en sus finales. Acumula «muchos años» en el circuito mundial, así que concluye que por hacer «algo diferente no va a pasar nada».
Lleva «tantos años haciendo lo mismo» que conoce «lo que necesito para estar en buena forma». Será, a su juicio, un reto «muy diferente», ante el cual exhibe «ganas de aprender» y de «afrontar el reto». No va a «ser nada fácil, pero creo que voy a rendir bien».
Para ello, pasará «tiempo fuera, como siempre», pero desde la primavera «vuelvo a Galicia». Tanto a Pontevedra como a Ferrol, priorizando la «preparación seria» en el exterior ante la complicación de entrenar en «invierno aquí por el clima». El triatleta recaló en A Malata como apoyo a la escuela en su nombre, un «honor».
Previamente, compartió una «reunión amable» con el alcalde, Jorge Suárez, en la plaza de Armas. Para Javier Gómez Noya, «ver esta estructura, entrenadores que guían», supone una inyección de optimismo. Cuando él empezaba, «era todo probar». Ahora ve «tanta gente corriendo» y «cuando tenía 15 años era el único que andaba por ahí corriendo como un loco».
Comparte que llegar «a ser profesional es muy difícil, pero las experiencias valen mucho en la vida». El triatlón, en paralelo, se ha erigido en un deporte «muy popularizado», aunque apela a que «crezca de forma responsable». Un estallido sin control puede conducir a que la «gente pierda un poco el norte», ha declarado.
En sus inicios, «veníamos de otros deportes, este trabajo de técnica lo echamos de menos». Aporta «soltura para el futuro; me siento muy orgulloso de ver cómo está funcionando el triatlón en Ferrol». Colocando el retrovisor, tilda de «increíble» que los jóvenes «decidan hacer triatlón». Lo dice un pionero que ya piensa en compartir días de descanso con Mola.
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