Á. ALONSO | @alvaroalonsof | Ferrol | Lunes 25 mayo 2015 | 21:23
Cada vez que llegan las elecciones me viene a la cabeza un monólogo de Luis Piedrahita. El coruñés, que siempre intenta buscarle el contrapunto a algún objeto, comparó a España con un exprimidor: primero exprime hacia la derecha y luego, cuando nota algún cambio, exprime hacia la izquierda.
Eso mismo, aunque de una forma menos drástica, fue lo que ocurrió en Ferrol este domingo 24 de mayo, fecha que será recordada en los libros de Historia. Al final de la noche, pisando ya el lunes, los que no desviamos la mirada de nuestro smartphone en lo que duró el recuento, pudimos por fin respirar.
Unos con más dificultad y otros con menos, pero al menos conocimos o intuimos el dibujo que tendrá el Concello hasta 2019. El azul volverá a preponderar, pero todo apunta que lo hará sin el bastón de mando. Ferrol en Común, PSOE y BNG dejaron entrever que ni se les pasa por la cabeza que Rey Varela siga en su lugar.
Con lo complicado que está siendo en Andalucía, salvando distancias, me sorprendió la rapidez del futuro acuerdo en las comparecencias poselectorales. Jorge Suárez estará al frente de la izquierda con otros cinco compañeros y compañeras de su partido, cinco socialistas y dos del Bloque.
La ciudad ha elegido volver a 2007, cuando Vicente Irisarri y Yolanda Díaz decidieron también pactar. Aunque esta vez las ideas, los proyectos, los presupuestos y demás deberán ser acordados por tres formaciones. Suárez será el guía del gran reto de la izquierda.
En Ferrol entrará además Ciudadanos, con una lista presentada a última hora y una líder que fuimos conociendo a lo largo de la campaña. Algo solo al alcance de Albert Rivera. Tanto Rodríguez Masafret como Rey Varela vieron con buenos ojos las encuestas de Sondaxe, que le daban dos escaños a los naranjas y mayoría a los populares.
Sin embargo, una vez más se ha vuelto a demostrar que el día que las urnas salen a la calle es el que cuenta de verdad. Si finalmente se convierte en alcalde, Jorge Suárez tiene por delante dos retos importantes: recuperar la caída demográfica y frenar igualmente la falta de empleo.
Todas sus propuestas deben de pasar de ser papel a ser hechos en los próximos años y, como todos sabemos, no será una tarea fácil para alguien que llega sin experiencia al mandato. Todo está por venir.
Ojalá volvamos a ser más de 70.000 habitantes dentro de poco y los jóvenes puedan encontrar un hueco empresarial en la ciudad. Porque seamos de la izquierda o de la derecha, nuestro exprimidor preferido siempre será Ferrol.
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