Jugadores del Racing felicitan a Peláez tras su gol ante el Celta B en A Malata (foto: Raúl Lomba / Ferrol360)
El primer entrenamiento de esta semana para el Racing fue vespertino, lejos del eterno horario matinal, y se asemejó más a una fiesta que a una cita laboral. Los jugadores y el técnico presenciaron el encuentro de la versión juvenil del equipo, jugado en A Gándara, como claro guiño a los canteranos que suelen prepararse junto a los profesionales.
Sin embargo, la realidad emergía en la mañana del miércoles. El anexo de A Malata ha acogido la primera sesión real de cara al derbi del domingo ante el Coruxo, segundo duelo consecutivo como locales (17:00 horas). Iván Forte ha trabajado al margen del grupo, realizando ejercicios con el fisioterapeuta.
El propio Asís Garrido ha confirmado que su sobrecarga en el aductor no reviste gravedad, por lo que se espera su incorporación parcial a la dinámica general este mismo jueves. No se cuenta con su baja de cara al fin de semana. Las bromas y carcajadas han persistido en el entrenamiento, pero la exigencia ha sido máxima por parte de Miguel Ángel Tena.
El castellonense y el preparador físico, Fran Beade, han ensayado con sus pupilos las situaciones de dos para uno, situando el foco sobre ataque y defensa, pero también en torno a las recuperaciones. «Máxima intensidad, no nos relajamos», decía Tena, para quien el «objetivo» en ese tramo del evento era «mantener el balón».
Entre el «voy hasta el final» y el «vamos, vamos, vamos» discurría la sesión, mientras que Ian Mackay y Sergio Cabanelas trabajaban junto a José Miguel Rañales, preparador de porteros. Saques de esquina y faltas para retar a los cancerberos y poner a prueba sus reflejos. El entrenador solicitaba «100 % de intensidad; si no, no vale».
Lo hacía cuando el físico tenía realmente que ir a más, instando a sortear obstáculos, encarar al rival y lograr la pretensión inicial. Mucho en poco tiempo tras casi 72 horas de descanso y una tarde de asueto con los canteranos. Sus evoluciones las comprobó también Juan Martínez, que ya compagina gimnasio y anexo y se acerca al fin de su calvario. Ya acaricia el balón con Beade de testigo.
Velocidad y «disputa» en boca de Tena, que pedía atención en la particular vuelta a clase. El uno contra uno como reto en un ejercicio que se complicaba para la resistencia de algunos, prueba de su dureza. Un golpe de Nano Macedo en la última fase se quedó en anécdota, acabaría la sesión con vendaje incorporado sobre su tobillo izquierdo.
Los restos de la helada hacían saltar las gotas de agua al toque del esférico en el rondo definitivo, casi dos horas al sol del complejo naval. Los verdes regresan a la faena tanto el jueves -partidillo habitual del ecuador de semana en el campo principal- como el viernes y el sábado, en los tres casos desde las 10:30 horas.