MARTA CORRAL | Ferrol | Jueves 18 mayo 2023 | 14:00
La timidez de Jorge Suárez podría confundirse con el derrotismo. Hay quien le ve poco ilusionado en esta carrera hacia las urnas en la que es imprescindible salir con mentalidad de ganador aunque las encuestas te sitúen en posiciones menos ambiciosas. Sin embargo, estas cinco horas que pasé con el candidato de Ferrol en Común el pasado lunes me han servido para constatar que los cuatro años de oposición no le han hecho caer en el hastío, sino reflexionar para optar a la Alcaldía desde un espíritu más pragmático.
Suárez no es amigo de cámaras ni de poses construidas para captar la atención con electoralismo. Es incapaz de asumir un papel que se salga del suyo propio, el de un ciudadano común que se acompaña de un equipo de personas comunes. No lo veremos intentando vender algo que no es. Eso sí, sus cuatro años de gobierno, azotado por la crítica mediática y social, por una ruptura del bipartito y una oposición asfixiante, lo han convertido en un perro viejo. De ahí que su trinchera sea otra, más prudente y con una visión de Ferrol más plural de la que tenía en 2015.
Paula Faraldo, integrante de la lista y responsable de la comunicación en la campaña, me cita en la estación de tren para acompañarlos a A Coruña en esta suerte de transiberiano casi decimonónico en el que estamos condenados a movernos como alternativa a la AP-9. A Jorge lo había visto el día anterior en A Malata, cuando estaba esperando la cola para entrar al Fondo Sur con su hijo pequeño. Después de los nervios que pasamos en el partido contra el Badajoz, de saber que el Racing estaba líder y depende de sí mismo para el ascenso directo, la resaca racinguista era evidente.
«Si asciende el Racing, no voy ni a votar»
«Qué mal lo pasamos ayer», me decía mientras esperábamos para subir. Paula, que también es racinguista de pro, confirmaba el mal trago del primer tiempo y el subidón posterior. Jorge es el único candidato que va al estadio durante todo el año, que lleva al Racing en el corazón desde antes de llegar a la política y que, aunque ahora los mentideros de Twitter quieran decir lo contrario, se ha sentado siempre en su grada, junto a sus hijos, lejos del palco. «Como ascendamos el día 27 no voy ni a votar», bromeaba. Me cuenta, además, la relación casi epistolar que tiene con el presidente, Pepe Criado, con el que habla asiduamente por WhatsApp.
Si hay un valor que Ferrol en Común siempre intenta subrayar es el del grupo. No en vano, además del cartel habitual del candidato, hacen otro en el que se ve a todos los miembros de la lista, dando visibilidad a lo colectivo. Supongo que esta manera de entender una organización política la han heredado de las luchas que les precedieron, las de la clandestinidad que tuvieron que sobrellevar mujeres que también están en la candidatura, como la propia Sari Alabau, Fina Varela o Fina Piñón. La de la unión hace la fuerza, la del todos a una, la de la camaradería.
Con nosotros viajan en el tren Nerea P. Carballeira, Fany Gómez, Malay Sobrín, Teresa Vázquez, Santiago Díaz y Malú López. Esta última es la única que no es integrante de la candidatura, pero son sus bellísimas fotografías las que siempre acompañan a Ferrol en Común. Ella, que ha vivido en grandes ciudades, me cuenta en el trayecto la calidad de vida que agradece estando aquí aunque, a la vista estaba, las conexiones no son ni de lejos las óptimas. Me interesa, además de la charla con Jorge, conocer un poco más a su equipo.
Independientes y activistas
Aprovechan para doblar propaganda que después entregarán en el barrio de Recimil y yo aprovecho para saber más de Nerea, una mujer joven y con tres trabajos a la que le costó dar el paso del activismo a la política. Música tradicional, percusionista y zanfonista, es educadora social por vocación y convicción, trabajando por educar en igualdad. Compruebo que hay mucho más debajo de ese primer titular que la situaba como cabeza de la lucha por la pervivencia de los locales de ensayo. Es cierto que la lista de Ferrol en Común aglutina muchos frentes que han ido aflorando en este mandato ―los propios locales, la biblioteca, el personal de parques y jardines, el transporte público―, y sus críticos les acusan de intentar capitalizar estas cuestiones en las urnas.
Le pregunto directamente a Nerea si se ha sentido utilizada por FeC de esta forma y la negativa es rotunda. Lo mismo me dicen Fany y Teresa. Sobre la primera, además, pesa el sambenito de haber concurrido a los anteriores comicios en la candidatura del PSOE de Ángel Mato, así que algunos, en las redes ―que es donde fluyen las críticas de tirar la piedra y esconder la mano― la acusan de algo parecido al transfuguismo. Ella confiesa que se sintió defraudada por los que eran los suyos y apoyada por los comunes que, de hecho, blanden la reorganización administrativa del personal municipal como uno de los ejes de un programa electoral que podemos consultar aquí.
Jorge Suárez ha venido insistiendo en ello durante toda esta campaña. En la parte más práctica, pero menos atractiva electoralmente: la de la falta de personal que imposibilita la gestión, el avance de los proyectos, la tramitación de licencias. En definitiva, la parálisis administrativa que se ha venido arrastrando en Ferrol. Teresa, por su parte, sintió vértigo cuando se puso al frente de la plataforma que pelea por las mejoras en el transporte, especialmente en los buses que unen Ferrol con A Coruña. Me cuenta que también se sintió respaldada y que cree que otra movilidad es posible.
Más de una hora y media para 53 kilómetros
Ella, que vivió en Pamplona, sabía que al llegar a Galicia tendría que coger más el coche, pero no que iba a sufrir en sus propias carnes la deficiencia de un servicio de autobús que ha ido mermando hasta dejar a pasajeros en la calle. Llegamos a Betanzos Infesta y se para el tren. Confusos y sin ver a ningún revisor en todo el trayecto, bajamos y preguntamos si hay que cambiar de convoy. No solo eso, sino que debemos esperar 20 minutos por el siguiente. Llegaremos a A Coruña una hora y 32 minutos después de salir de Ferrol a las 8:40 horas, únicamente para recorrer 53 kilómetros.
En la estación coruñesa espera la Marea Atlántica, con su candidato Xan Xove a la cabeza. Llegan los medios para cogerles declaraciones a los dos. Hablan de un tren que apenas ha variado desde 1913, cuando está llamado a ser el transporte perfecto para conectar dos áreas metropolitanas en las que hay mucho trasvase de estudiantes y trabajadores. Contribuiría además a fijar población, puesto que el precio de la vivienda es más competitivo en la ciudad naval, valoran ambos candidatos, centrándose en que la obra del bypass de Betanzos sigue en punto muerto: la inversión sería de 120 millones, pero el viaje se podría reducir hasta los 45 minutos.
Ha hablado también mucho Suárez estos días de aquello que le dijo Ana Pastor, por entonces ministra de Fomento, cuando era alcalde. Que Ferrolterra no contaba con una masa crítica suficiente para conseguir inversiones de este calibre. Que no habíamos sido capaces de articular un frente común entre partidos, entidades y ciudadanía para pelear por ello. Que éramos, en definitiva, insignificantes políticamente. En este punto, FeC y la Marea se van a tomar un café a un local cercano a la estación y emprendemos después el camino para coger el bus de vuelta.
«Tenía ego de alcalde»
Mientras Malay y Santiago me preguntan mi porra para las municipales que, permítanme, no publicaré en estas crónicas, hablan sobre la campaña y se ríen. Se ríen mucho, se llevan bien. Están curtidos en mil batallas y saben lo importante que para ellos, una formación política que no dispone de los medios de los que sí disponen otras, son las cosas pequeñas, hechas casi artesanalmente. Jorge disfruta de estos momentos y sabe empuñar el chascarrillo oportuno. Siempre ha confesado que él se vale del humor para tapar su timidez y salir a flote.
Sus años de mandato no fueron fáciles, ni siquiera al principio. Me cuenta que llegó a la Alcaldía empeñado en dar una imagen de seriedad conjunta que se desbarató al poco tiempo con la ya famosa foto de la bañera, en la que salía fumando un pitillo con Suso Basterrechea. «Pagué una multa de 600 euros», recuerda. A partir de ahí, todo se complicó: problemas con Beatriz Sestayo, problemas con los medios de comunicación, problemas internos. En este punto, pregunto si ha ido al psicólogo para gestionar lo que, al menos visto desde fuera, fue un reto para su salud mental.
Sus hijos, el deporte y la lectura han sido las armas para salir adelante. «Me despertaba con ansiedad, a las cinco de la mañana, sin despertador, porque era la hora a la se que se actualizaba la versión digital de La Voz», recuerda. Dejar la Alcaldía tampoco fue fácil de asumir emocionalmente. Después de verse en el poder, los días que pasó en funciones antes de entregar el bastón de mando a Mato, sirvieron para comprobar cómo los que antes le alababan ahora ni le miraban porque había pasado a ser, de alguna forma, irrelevante para ellos, relata: «Tenía ego del alcalde», ríe.
Los dos salarios
Indago, en este punto, sobre otro de los elefantes en la habitación que, de nuevo a través de las redes casi siempre, les sirven a sus enemigos para intentar atacarlo. ¿Cuántos sueldos tiene Suárez? Explica que, además del suyo como funcionario de justicia, percibe una dedicación parcial como suele corresponder a los portavoces de los grupos de la oposición. No tiene nada que esconder y, como no podía ser de otra forma, tributa por ello como todo hijo de vecino. Desmiente, además, que perciba otras cuantías.
En la llegada a Ferrol ponemos rumbo a Recimil. Allí se suma Esther Estévez que, aunque canidiense de pro, es muy querida en el barrio de las Casas Baratas por haber sido maestra en el colegio. Reparten propaganda entre la gente que visita el mercadillo y a su paso, después de entregar el folleto y anunciar que esa tarde tienen acto en la plaza de Sevilla, los ciudadanos quedan mascullando, para bien y para mal, lo que no son capaces de decirle a los candidatos a la cara. Se encuentran con Rey Varela y otros candidatos de la lista del PP. Se saludan con cariño.
Las mujeres que regentan una frutería en el mercado se quejan a Suárez del abandono, de la suciedad que les cae del techo encima del género. Les dicen que no vale que vayan por ahí cada cuatro años a pedir el voto, que se sienten abandonadas a su suerte. Un gran número de puestos tienen la persiana bajada y parece más que urgente acelerar las licitaciones, dinamizar el espacio y convertirlo, al igual que el de Caranza o los de A Magdalena, en lugares de encuentro, de gastronomía y de ocio, además de compras.
De nuevo el humor
El hambre aprieta ya pasadas las 13:00 horas y Jorge propone ir a El Canario. Se pide medio bocadillo de tortilla con mojo y yo, por supuesto, hago lo mismo. Nos sentamos en una mesa y aparece otro de los miembros de la lista, Víctor Ledo. La pregunta es inevitable, ¿veremos a Yolanda Díaz por Ferrol? Prefieren esquivar la cuestión con un poco de humor, diciendo que «la tenemos muy vista por aquí». Este jueves 18, no obstante, tendrán con ellos a Enrique Santiago, diputado de Unidas Podemos y secretario general del Partido Comunista, que hablará en el acto central programado para las 19:00 horas en el Torrente Ballester.
Con el estómago lleno nos despedimos y yo acompaño a Jorge hasta el Palacio Municipal. Allí lo dejo, yendo a pagar la comida de Santa Rita que tienen con los funcionarios este viernes. Antes de irme a casa, paro en la sede de FeC, donde había expectación también por la boa que tienen de vecina. Aurorita Rivas, la auténtica jefa de la logística, organiza con Xiana López el material para el acto de la tarde. Conforman un engranaje de trabajo sólido para una campaña en la que, de nuevo, no hay ninguna certeza más que la de intentar movilizar a la gente y volverla a ilusionar, que no es poco.