TEXTO Y FOTOS: ALICIA SEOANE | Ferrol | Sábado 18 febrero 2023 | 10:00
Tras la tormenta que se ha vivido en los colegios Compañía de María y Lestonnac a raíz del anuncio de su integración en la Fundación Arenales Red Educativa, parece que las cosas empiezan a tomar nuevas perspectivas y a abordarse con más calma. El pasado miércoles las familias recibían un comunicado donde se informaba de esta nueva titularidad, un un cambio que se hará efectivo a partir del siguiente curso escolar.
Los grupos de WhatsApp de los padres ardían a mensajes desoladores: enlaces de informaciones sobre la red educativa Arenales, entrevistas a su presidente y muchas noticias complicadas de contrastar. Frente a la incertidumbre de las familias y a su miedo ante la posible entrada del Opus Dei al centro, la dirección y los profesores estaban todavía en el estado de shock inicial. Una institución centenaria como es la Compañía de María se esfumaba ante todos ellos sin previo aviso.
El desconcierto reinó durante los primeros días entre los pasillos del colegio, entre las lágrimas de los profesores, padres y exalumnos, y en todas las puertas donde las familias mostraban su confusión. Unos días después nos hemos acercado a la Compañía, donde el director del centro, Juan Vidal, y la coordinadora de Infantil, Primero y Segundo de Primaria, Mariquiña Sieiro, nos han explicado la situación actual.
«Es verdad que al principio fue un shock porque no contábamos con esto, pero el shock nos ha durado poco. Hemos tenido la reunión con quien va a ser el titular del centro y nos hemos quedado muy tranquilos. Tenemos confianza en que se abra una nueva etapa que será positiva», explican mucho más calmados los docentes.
Mariquiña nos habla muy cansada, reconoce que lleva días sin pegar ojo, pero que por suerte, y tras la primera reunión donde pueden saber más cosas, se siente por fin relajada. Entre los puntos que destacan de este primer encuentro, destacan unas cuantas cosas con rotundidad. Al centro se le ha prometido continuidad al programa educativo que se está realizando actualmente, de modo que no habrá cambios en el profesorado ni en la dirección.
Además, quieren que este colegio siga trabajando como lo vienen haciendo hasta ahora, con una educación abierta y plural: «Nosotros tenemos una amplia trayectoria que nos avala, estamos comprometidos en seguir siendo lo que somos hasta ahora. En eso pueden confiar las familias. Lo vamos a cumplir, no podemos hacer las cosas de otra manera porque no sabemos hacerlo», dice Juan Vidal, con mucha emoción y rotundidad ante lo que está sucediendo.
Muchos de los rumores que circulaban entre las familias, ponían en duda si la educación sería segregada por sexos, lo cual es imposible teniendo en cuenta que el colegio es y seguirá siendo un concertado y los conciertos educativos no permiten este tipo de educación en la que separan a niños de niñas.
Otro de los miedos que se escuchaban en los corrillos de padres era que hubiese que pagar algún tipo de cuota, algo a lo que también nos respondieron desde el centro con total claridad: «La red Arenales no va a cobrar más de lo que se paga actualmente por ningún servicio que ofrece el colegio. Ni por el comedor, ni por los madrugadores, ni Ampa… No obstante, es verdad que pueden ofrecer servicios nuevos para ampliar la oferta actual y cobrarlos, pero en ninguno de los casos serán servicios obligatorios, sería algo optativo», nos explica Mariquiña. Cabe recordar que ninguno de los ciclos que están dentro del concierto puede pasar a privatizarse: «Lo que está concertado hasta hoy seguirá siendo concertado», aclara Vidal.
Indagando en la web de Arenales y mirando los programas de los diferentes centros, se contemplan muchas diferencias de unos a otros, ya sea por el tipo de lugares donde se encuentran emplazados o por el tipo de enseñanza. Los centros de esta red mantienen su propia estructura y forma de trabajo. ¿Qué es entonces lo particular de esta red? Se estructuran tres líneas de forma transversal que se realizan en todos los centros, muchas de ellas ya compartidas con la actual Compañía de María: «Han insistido mucho en que lo que les interesa es que haya colegios con diferentes carismas y sensibilidades. Quieren que sea una red de intercambio de proyectos entre centros», aclara el director.
Estas líneas son el programa BeTutor, BePlus e Izar. El primero de ellos busca mejorar la formación de alumnos y familias, el segundo mejorar el perfil extracurricular del alumnado buscando que adquieran competencias como la educación emocional o la creatividad, y el último trabaja una continua formación en red entre todos los centros, compartiendo los aprendizajes y los programas de cada uno de ellos en la búsqueda de la mejora en la calidad de la enseñanza. Otras características pasan por potenciar el conocimiento de las lenguas extranjeras.
Muchos de estos puntos ya están integrados en el centro en la actualidad y en cuanto al cambio de nombre, los nuevos titulares se han mostrado muy conciliadores: «Sentimos que nos están respetando mucho y que han llegado de una forma dialogante. No hemos sentido que nos estén imponiendo nada. Ahora tendremos que ver el nombre que elegimos ―cambiará el nombre, pero no la esencia― que llevará algo de Arenales, pero que aún estamos pensando», aclaran desde dirección.
Otra duda extendida era la continuidad de los uniformes, que no van a ser cambiados de la noche a la mañana. De momento, el que tiene su uniforme por utilizar lo usará hasta que sea imprescindible cambiarlo y las personas que entran nuevas ya comenzarán con la nueva vestimenta.
El compromiso frente a la defensa de los valores de la antigua institución es algo que los profesores y la dirección han dejado claro. Nadie quiere que se vean comprometidos: «Sabemos cómo trabajamos, siempre hemos ido con la verdad por delante y esto no va a cambiar. Las familias pueden confiar en nosotros».
Para terminar, la dirección del centro destaca que se siente profundamente agradecida por la actitud de tantas familias, personal docente y no docente, y del Ampa, que les han mostrado su confianza y apoyo, y quieren subrayar además su gratitud por todos los años que han tenido el respaldo de todas las religiosas, y de todo el profesorado y personal no docente que han pasado por el colegio.
Sin duda, es un momento que está siendo difícil para todas las personas vinculadas a la Compañía de María. Para quienes todavía recuerdan las fiestas ―la Niña María y Santa Juana― y han crecido entre los pasillos de las monjas. Sin embargo, desde la comunidad escolar tienen la certeza de que si algo continuarán haciendo es lo mismo que han hecho hasta ahora: compromiso, honestidad y una educación basada en la libertad. Con esto sobre la mesa afrontan un futuro que esperan que sea positivo para el centro y para todas las familias. Los tiempos cambian y se abre una nueva etapa, con la pena de lo que se deja atrás, pero, también con la alegría y el saber hacer para afrontar el futuro.