TEXTO Y FOTOGRAFÍAS: ALICIA SEOANE | Ferrol | Domingo 11 junio 2023 | 12:30
Desde 1986, Ares celebra el Corpus Christi con la confección de alfombras florales que año tras año son admiradas por miles de personas que se acercan a visitar y participar de esta tradición.
La gente está convocada a las siete de la tarde del sábado, tímidamente empiezan a acercarse algunas personas, y los niños empiezan a invadir la plaza. Todos organizados con las imágenes de lo que han de plasmar en el asfalto, comienza un trabajo colaborativo donde participan vecinos de todas las edades.
La noche será larga y los vecinos están muy bien preparados, algunos abren las puertas de sus casas y les ofrecen cerveza a los que con ellos están armando las alfombras. El local de la parroquia es un no parar de flores y personas entrando y saliendo. Solo unos metros más adelante, un grupo de mujeres cortan flores mientras cantan y charlan.
Los vecinos están perfectamente organizados en seis grupos de trabajo, son los responsables de esta obra de arte vegetal a la que dedican semanas de esfuerzo y que consigue una longitud de más de un kilómetro. Tradición y participación se unen en Ares para celebrar el Corpus, de tal manera que, cuando pasa la procesión el domingo por la tarde, las calles están llenas de color. Ares huele a flores. Los vecinos conocedores de esta tradición, saben que la confección es importante pero la cosecha no lo es menos, así que el trabajo lleva semanas. Los vecinos, de la mano de la Asociación de Alfombras Florais de Ares, preparan un calendario de recogida. Primero el verde, que hay que tratar con paciencia, y después las flores.
Cada uno de los seis grupos elabora su alfombra con los motivos escogidos. La tradición consiste en no desvelar el tema hasta momentos antes de su elaboración. En la confección participan muchas personas entre ellas familias enteras con los más pequeños.
La víspera del día grande, hacia la noche, las calles Real y María, junto a la plaza de la Iglesia, comienzan a transformarse. A los vecinos les espera una intensa noche, abren las puertas y las ventanas de sus casas, y el trabajo se realiza en grupo hasta conseguir que las alfombras cubran las calles de este pueblo de mar. El domingo por la tarde, las alfombras serán una huella de colores y mezcla de olores, pero sobretodo será un recuerdo de unos días de convivencia que preparan con mucha alegría.