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De Ferrol al Infierno Verde

JOSÉ MARÍN AMENEIROS | Viernes 19 diciembre 2014 | 12:10

2.000 kilómetros. 24 horas en la carretera. Cuatro países. Cinco amigos apiñados en un coche rumbo a uno de los lugares más míticos del motor en todo el mundo, el Infierno Verde. Es el Proyecto Nürburgring, la idea de unos estudiantes del CIFP Ferrolterra de Ferrol, una iniciativa para demostrar su valía como mecánicos. Alex Otero, Patricio Villaverde, Pablo Lata, Rubén Fernández y Raúl Rodeiro repararán un automóvil y partirán hacia Alemania con lo puesto. ¿Cómo y por qué nació esta locura?

Igual que muchas de las mejores ideas, ésta surgió en un bar. «Estábamos en el de enfrente al instituto, viendo un vídeo de un tío que viajó con un Citroën AX a Nürburgring, durmiendo en el coche y todo, para batir un récord, y dijimos en coña, podríamos ir nosotros», rememora Alex. Él y sus cuatro compañeros estudian el segundo y último curso del Ciclo Superior de Automoción en el CIFP Ferrolterra. «Con el Proyecto Nürburgring pretendemos demostrar lo que hemos aprendido durante este ciclo, que podemos ir y volver a Alemania con un automóvil reparado por nosotros», explica Rubén.

Todo eso se comenzó a gestar a finales de septiembre. Los chavales se lo plantearon a su tutor, Juan Asensio, que se mostró encantado con la idea. El proceso al completo, desde la reparación del coche hasta el mismo viaje, compondrá el Proyecto Fin de Ciclo de estos cinco estudiantes. Ayer mismo recibieron el vehículo en el taller del instituto. Es un Audi 80 de aproximadamente el año 1994, que Tembrás Auto les ha cedido con la condición de que lo devuelvan completamente reparado cuando acabe el viaje.

Los cuatro alumnos –Raúl Rodeiro está en casa convaleciente a causa de una leve caída en moto, cosas de los amantes del motor- rodean el automóvil. E inmediatamente comienzan a enumerar, sin dejarse acabar las frases y como si fuera algo obvio a la vista de cualquiera, todas las reparaciones que tendrán que hacerle. «Hay que arreglar la junta de la culata», «tiene filtraciones de agua en el interior», «la guía del asiento del conductor falla», «y hay que cambiar los neumáticos», «ojo al golpe en la aleta trasera», «tenemos que solucionar lo del óxido y pintarlo», encadenan. «Y al ser un viaje tan largo hay que estar atentos a la refrigeración: el radiador deberíamos cambiarlo», apunta Patricio. «Vamos a estar mirando de él los tres meses», dice Alex.

Porque la reparación del coche comenzará en enero, y se realizará íntegramente en las instalaciones del CIFP Ferrolterra. El objetivo de los estudiantes es partir hacia Nürburgring el 2 de abril de 2015. Pero, ¿cómo va a ser ese viaje? «Casi seguido, sólo pararemos para repostar y comer, turnándonos para conducir, hemos calculado tardar unas 24 horas», detalla Pablo. Les esperan casi 2.000 kilómetros hasta el circuito de Nürburgring, que se encuentra al oeste de Alemania. Para llegar, tendrán que rodar por cuatro países –España, hasta Irún, donde cruzan la frontera; Francia, Luxemburgo y el propio territorio germano-.

Y lo harán con un mapa convencional en la mano, nada de GPS. «Con un GPS sería muy fácil; vamos a llevar un mapa físico, más a la aventura, y viajaremos por carreteras nacionales o autovías, evitando las autopistas porque en Francia son muy caras», avanza Alex.

A quien no esté enganchado al motor, puede parecerle que la elección de Nürburgring es aleatoria. Pero ni mucho menos. El punto de destino es casi lo más importante para estos cinco alumnos del CIFP Ferrolterra. «Es la cuna del automovilismo, a todo el que le gusten los coches tiene el sueño de ir allí alguna vez en su vida», exalta Alex. Patricio asiente y califica al lugar de leyenda.

Nürburgring es un trazado de casi 90 años de historia, más de 20 kilómetros de longitud y que albergó durante lustros la Fórmula 1, presenciando momentos tan históricos como el accidente de Niki Lauda que le quemó la parte derecha de la cara. Su dureza le valió el amable apodo de Infierno Verde, calificativo puesto por otro grande, Jackie Stewart.

Imagen aérea de una de las curvas del circuito de Nürburgring, en Alemania.

La dureza del trazado y la vegetación que lo rodea hicieron que Nürburgring sea conocido, merecidamente, como el Infierno Verde. (Foto: http://www.nuerburgring.de/)

Pablo Lata, Alex Otero, Rubén Fernández y Patricio Villaverde forman, junto a Raúl Rodeiro, el Proyecto Nürburgring. Aquí, junto al Audi 80 que restaurarán.

Pablo Lata, Alex Otero, Rubén Fernández y Patricio Villaverde forman, junto a Raúl Rodeiro, el Proyecto Nürburgring. Aquí, junto al Audi 80 que restaurarán. (Foto: J. M. Ameneiros)

Lo mejor es que cualquiera puede conducir por sus legendarias curvas. Dar una vuelta por los 20 y pico kilómetros cuesta entre 20 y 30 euros. «Y vamos a dar una cada uno», sonríe Rubén. Allí, en la zona de Nürburgring, Alex, Pablo, Patricio, Rubén y Raúl dormirán en una tienda de campaña antes de iniciar el viaje de vuelta a Ferrol.

El Proyecto Nürburgring tiene, lógicamente, un coste económico, pero los estudiantes ya han pensado en ello. Andan a la búsqueda de patrocinadores, a los que les ofrecen un espacio publicitario en la carrocería cuando pinten el vehículo. «Ya tenemos tres o cuatro empresas, que irán rotuladas en la carrocería y en nuestras camisetas», afirma Alex. No necesariamente tienen que inyectar dinero en efectivo en el plan, sino que puede plantearse en forma de trueque. Por ejemplo, hay un taller que les da las piezas necesarias a cambio de la publicidad. Ellos calculan que necesitarán unos 1.000 euros para el viaje, para gasolina, comida y el resto de gastos, por ello también están valorando poner en marcha un Crowdfunding, desvela Pablo.

Y ahí no acaba el asunto. Además, durante los tres meses de la restauración irán subiendo vídeos a modo de tutorial en los que expliquen paso a paso cada arreglo en el coche. «Así podemos ayudar también a gente que quiera animarse a reparar su auto», opina Patricio. Para culminar, el viaje entero será grabado con una cámara y una GoPro, material con el que posteriormente editarán un vídeo donde la gente vea cómo ha sido la experiencia. Sus pasos se pueden seguir en el Facebook de Proyecto Nürburgring y en su canal de YouTube.

A estos cinco estudiantes les ha gustado desde pequeños el mundo de los automóviles, pero no todos llegaron directamente al Ciclo Superior de Automoción. Alex (25 años), sin ir más lejos, tiene una carrera de Ciencias Policiales, pero al no haber oposiciones, tiró por la vía de su padre, que regenta un taller. Patricio (25 años) había estudiado Economía, y llegó al CIFP Ferrolterra procedente del Ejército. «Quería cambiar de rama», aclara Patricio. Pablo (21 años), por cierto, es el actual campeón de GaliciaSkills, el torneo gallego de Formación Profesional, en la modalidad de pintura, algo que les vendrá muy bien a la hora de darle color al Audi 80. Y la pasión de Rubén (24 años) fue inculcada por su tío, que es mecánico y siempre se dedicó a la restauración de coches y motos.

Todos ellos piensan que el Proyecto Nürburgring puede ser una vía que les abra algunas puertas del mercado laboral, por haber mostrado iniciativa y diferenciación. En cuanto a dónde les gustaría acabar, Alex y Patricio miran hacia el sur. «La Citroën de Vigo es una opción, un buen trabajo con un horario bastante bueno», dice Alex mientras Patricio asiente, aunque este último no descarta volver a Madrid, de donde es. «¡No!», exclama Alex, y le abraza y todos echan a reír.

Pablo, por su parte, cuenta con la esperanza de irse a vivir al extranjero, aprender idiomas y hacer algo relacionado con su especialidad, la pintura. Y Rubén, a quien también le gusta pintar, tiene como sueño abrir su propio taller. Pero antes de todo eso, deberán enfundarse los buzos de mecánico, levantar el capó del Audi 80 y meterle mano al vehículo que les ha de llevar hasta Alemania.

Xosé, su tutor del año pasado, aparece por el taller y se enorgullece porque con el Proyecto Nürburgring tocan todas las asignaturas del ciclo, incluidas logística, comunicación o contabilidad. Bromea con ellos. «No peor dos casos, rebenta o coche á altura de Piedrafita», dice el profesor, provocando una carcajada en los chavales. Ya más serio, Xosé afirma que sólo con que el coche consiga salir por el portalón del instituto, la iniciativa será un éxito, será la bomba. Alex, Patricio, Pablo y Rubén miran el Audi 80, y sonríen.

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