Home / Cultura / Del Felipop al Felicia: los 25 años del festival «soñado na aldea» que nunca quiso ser grande

Del Felipop al Felicia: los 25 años del festival «soñado na aldea» que nunca quiso ser grande

Público intergeneracional en el Felipop de 2002 (cedida)

M. CORRAL | Fene | Viernes 4 agosto 2023 | 17:07

En tiempos de macrofestivales con los mismos carteles y multinacionales haciendo caja a kilómetros de distancia, que en Ferrolterra encontremos una de las pocas propuestas que sobreviven con coherencia y gusto es todo un orgullo, máximo cuando llegan a cumplir 25 años como es el caso del Felicia Pop Festival, conocido en sus inicios por Felipop. Este viernes y sábado la gente guay tiene una cita en el parque de A Hortiña de Limodre con 15 bandas y pinchadiscos para que nadie tenga excusas para no bailar.

Grampoder rompe el hielo a las 21:10 y da el paso a Enamorados, que tocan desde las 22:10 horas. Doctor Divago se suben a las 23:20 horas al escenario, The Speedways a las 00:40, The Oddballs a las 2:00 y los DJs Turista 78 y Angel Snap estarán en los platos hasta que el cuerpo aguante. El sábado, en la mítica sesión vermú gratuita, desde las 13:00 horas tocarán los vigueses The Soul Jacket. De noche, repiten horarios Bule, Espiño, Blood Filloas ―que hacen este revival por el cuarto de siglo―, Ian Kay, Les Lullies y los pinchas Mr Klin y Pepe Kubrick.

De la escuela indiana a A Hortiña

Los inicios del festival hay que ir a buscarlos antes del verano de 1998, cuando un grupo de «xentes de diversas idades coincide no bar Ardá de Limodre», explica el periodista Nico Vidal, involucrado en la organización, que está a cargo de la asociación cultural Felicia. Aquellos «fascinados pola música pop de todas as épocas, dos Kinks a Jonathan Richman, de Aretha Franklin aos Brincos, de XTC a Andrés do Barro», decidieron ponerse a currar.

Hicieron fanzines como 18 Rodas o Flores y Abejas, entrando primero en la asociación de vecinos y luego creando su propia entidad para hacer los primeros conciertos en la escuela indiana de la parroquia. «Alí houbo actuacións durante meses: Los Huéspedes Felices, Malconsejo (Castellón), Los Imposibles (Madrid) e outras bandas galegas e de toda España», recuerda Nico, saboreando todavía las tortillas, empanadas, croquetas y lacón que llevaban para compartir con público y músicos.

Cartel de la primera edición (cedido)

«Creada xa Felicia, a comezos de 1998 decídese ir máis aló e face un festival con grupos como The Stupid Babooms e a Elephant Band, un grupo descoñecido daquela no que estaba un tal Xoel López», ironiza Nico, rememorando que hasta Limodre llegó «Irene Ruíz, do selo Animal Records, e cando os viu fichounos para a casa de discos, onde editaron os seus dous traballos». Con esa primera piedra puesta y «un ambiente popeiro consolidado e crecendo», en el 99 dan el salto a la pista polideportiva como Felipop, el nombre que le acompañó hasta 2018 y que, en el imaginario colectivo, sigue siendo el mismo.

Cartel de la segunda edición, ya con el nombre de Felipop (cedido)

Cero nostalgia a pesar de las canas

Cualquier otra cita hubiese tirado de la tan manida nostalgia para aprovechar el tirón de este cuarto de siglo, pero en Felicia la nostalgia no existe porque nada ha cambiado y los baños siguen oliendo a piruleta de corazón. Si acaso los poperos tienen más canas o a algunos la alopecia les ha obligado a decir adiós a las patillas. Puede que no estén los más talluditos para dormir en tienda de campaña y se hayan pasado a la furgo, pero la esencia del festival sigue intacta porque se han encargado de que nunca fuese un lugar masificado ni comercial.

«A estética non cambiou moito nestes 25 anos», admite Nico, resaltando que la intención es «reivindicar o pop e o rock independente, un tipo de música atemporal na que poden actuar artistas que definen a paleta sonora do pop das últimas seis décadas: psicodelia, ye yé, soul ou indie, entre outras tantas». Estos 25 años han acogido a gente de toda la península, incluido Portugal, pero también de Reino Unido, Argentina, Francia o Italia: «Son moitos os recordos positivos destes anos, ademais dos amigos, os artistas que pasaron e dos que moitos só coñecíamos os discos», aprecia.

«Un soño duns cativos de aldea»

Confirma además Nico que «nesta 25 edición non se perdeu a cabeza e o cartel segue a apostar por bandas independentes de grande nivel, con chiscadelas a grupos que nalgún momento pasaron pola Hortiña», pero la valoración de la trayectoria del festival «é extraordinaria, artistas e público nos apoian cada ano creando unha comunidade aberta de xente que se leva estupendamente e que ten na música unha excusa para verse e pasalo ben».

Añade Nico, para finalizar, que «o feito de que o festival se faga nun lugar pequeno, con moita xente que vén de fóra de Galicia e incluso de España, nunha parroquia de menos de 500 habitantes, ten moito mérito», confesando que «a aspiración nunca foi ser masivos», pero revelando que sí es un sueño hecho realidad «para uns cativos de aldea que nunca deixaron de pasalo ben cos seus discos, unhas cervezas e unha boa parrafada». Larga vida al Felipop Felicia Pop Festival.

Comentar

Su dirección de correo electrónico no será publicada.Los campos necesarios están marcados *

*

En Ferrol360 utilizamos cookies para que tengas la mejor experiencia de usuario. Si continúas navegando, estás dando tu consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies. Puedes pinchar el enlace para tener más información. ACEPTAR
Aviso de cookies