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M. CORRAL | Ferrol | Viernes 12 mayo 2023 | 15:48
Seguramente, buena parte de las tapas de los váteres del barrio de A Magdalena hayan dormido esta noche con un peso extra para impedir que ningún animal pudiese acceder a las viviendas. Esto es al menos lo que han venido confesando no pocos ciudadanos del centro de Ferrol, que se convirtieron en vigías del cuarto de baño desde que trascendió que una boa constrictor albina estaba en paradero desconocido.
El animal vive en un piso de la calle Galiano y se extravió este miércoles, cuando su dueño alertó a la Policía de su desaparición. Él mismo ha hablado este viernes con los medios de comunicación mientras bajaba a su otra mascota, un galgo, y se mostraba un poco harto de la polémica que se había suscitado y las llamadas de la prensa: «Es como si fuera un perro, tiene incluso su chip, pero no entraña nada de peligro ni es venenosa», ha confirmado, quitándole hierro al asunto.
Probable que no haya salido del piso
«El animal está con mi hija todo el día, manoseada, está en un terrario y lo más probable es que esté escondida en mi propia casa», ha sostenido, ahondando en que no es la primera vez que se escapa y aparece en el bajo de un armario. «Al 95 % que esté dentro de mi piso, pero el protocolo me obliga a dar parte a las autoridades mientras no la tenga controlada», constata.
La boa vive con su familia desde hace cuatro años y llegó a su hogar cuando apenas tenía un mes de vida. «Mi hija la coge y yo también. Nunca ha mordido ni ha hecho nada, lo único que hará si la ve alguien es esconderse. Además, con las temperaturas de aquí, siendo un animal de tiempo cálido, se adormece y no hace absolutamente nada», insiste.
«Que la gente esté tranquila»
Reitera el propietario que «si la encuentran, no les va a atacar, sino que intentará huir y esconderse», pidiendo que «se deje de preocupar a la gente, no pasa nada, que estén tranquilos». Por su parte, el vecino del piso superior confirma que en el vecindario sabían de la existencia del animal y en el pasado incluso avisaron al Seprona, «pero nos confirmaron que tiene todos los permisos en regla y que es como quien tiene un perro u otro animal doméstico».
Se enteraron el miércoles por la tarde al darles el aviso la Policía, preguntando si habían visto a la boa y apremiándoles a que tuviesen «precaución, pero nada más». Eso sí, como el miedo es libre aunque les digan que es inofensiva, este hombre asegura, entre risas, que en el vecindario más de uno «estaba pensando que le iba a entrar el bicho por el retrete y le iba a comer el culo».
