RAÚL SALGADO | @raulsalgado | Ferrol | Domingo 13 octubre 2013 | 20:27
La evolución es evidente. De las segundas partes de inicio frustrante tras un juego brillante a acciones efectivas durante todo un partido. El Racing ha logrado dejar atrás sus fallos de las últimas jornadas y ha ganado este domingo. Con un marcador contundente de 3-0, ante su afición en A Malata y frente al club hasta ahora líder, el Zamora.
José Manuel Aira optó por la alternancia en el once inicial. Manu Barreiro encontró un hueco en él tras sus recientes molestias, al igual que Iago Iglesias, jugador de refresco en la recta final de duelos del arranque del campeonato. Marcos Álvarez y Diego Dopico esperarían una oportunidad en el banquillo, que finalmente solo llegó para el ortegano.
Los despejes y el juego ligero marcaron los primeros minutos, con un Racing que no empezó tan brillante como otras semanas, pero sí más efectivo. Pérez, a la carrera, volvió a demostrar fortaleza y solidez, mientras que un Iosu Villar seguro y firme asumió diversas facetas en la pizarra del preparador leonés. Y cumplió en todas ellas.
Con una entrada menos floja de lo habitual, pese al mal tiempo, el público ferrolano asistió a un cambio de estrategia, que tardó en ofrecer resultados satisfactorios sobre el césped. Acciones ya perfiladas en los entrenamientos se intentaron aplicar en el campo, con escaso éxito al principio, pero el Zamora tampoco dio pruebas de por qué ocupaba el puesto más alto de la tabla.
Los castellanos lo intentaron tímidamente y, eso sí, supieron templar el partido. Un Jorge Rodríguez más adelantado tuvo, a cambio, la primera gran oportunidad. Se confirmó entonces un dibujo con menos estilo, quizás para ofrecer otra imagen ante el rival.
La actuación arbitral estuvo a punto de ser decisiva. El asturiano Areces Franco dejó descontentos a ambos bandos y permitió que el juego siguiese con demasiada libertad en acciones que habrían merecido una respuesta más tajante.
El sistema defensivo del Zamora plantó cara a un Racing a priori más revuelto, pero Iosu Villar, a pase de Manu Barreiro, abrió el marcador en el minuto 30. Fue casi por sorpresa y, como suele ser habitual, el juego se aceleró a partir de entonces.
La condición de equipo duro que se le podía atribuir al rival quedó diluída. Los verdes supieron aprovechar en los quince minutos restantes la ventaja que les otorgaba el gol, pese al ritmo de los zamoranos. Barreiro y Jorge gozaron de dos ocasiones claras al filo del descanso, de cabeza el primero y en solitario el segundo, que se armó de valor en la zona peligrosa para impedir apuros.
El club, en plena adaptación a una nueva categoría, pudo superar fantasmas del calendario más cercano. En los diez primeros minutos, con la respiración contenida en la grada, el miedo no se transformó en goles del contrario como antaño. El juego se centró en las proximidades de la portería del Zamora.
Es más, el que marcó fue el Racing. Iago Iglesias, en el minuto 9, levantaba el ánimo con el 2-0 gracias a un despiste del rival. El Racing se animó y empezó a caldear el ambiente. Un colegiado más tarjetero que en la primera parte completó una interpretación peculiar del reglamento.
Marcos Álvarez entró en el minuto 24 de la segunda, tras dos cambios de los castellanos en un mismo minuto para intentar darle la vuelta a la tortilla. Manu Barreiro sacó fuerzas, visiblemente más cansado que al inicio, y redondeó el marcador a punto de acabar la cita liguera. Justa recompensa, por un Zamora que rechazaba ataques sin más entusiasmo y cerraba un juego muy estudiado sin resquicio para la improvisación.
Víctor Vázquez, casi sin tiempo para encontrar su sitio, sustituyó a Iago Iglesias para reforzar la defensa. El juvenil Carlos López hizo lo propio por Manu Barreiro justo después del tercer gol. Antonio, mientras, asumió protagonismo tras una primera parte más floja.
Vestuarios
El preparador zamorano dejó claro que se sintieron «incómodos» durante el duelo, porque no pudieron desarrollar ataques ni fueron capaces de concretar ante la portería contraria. Sobre todo, en la segunda parte, en la que hubo «más errores», dijo Aguirre. El motivo, porque «nos han apretado muy bien», confesó.
Detectó un «nivel de agresividad muy alto». Agresividad bien entendida, por así decirlo. Con una presión muy efectiva en la defensa verde. Sin embargo, no situó completamente fuera de la dinámica del partido a su equipo. Simplemente, hubo «problemas en transiciones» y no fueron «capaces de elegir bien la salida». Las pérdidas fueron lo que más le molestó, porque hubo «excesiva nobleza». No se esperaba un rival nervioso, en todo caso.
Aira, mientras, no lo dudó. Fue «el partido más completo que ha habido en lo que va de liga». El rival casi no tiró a portería y careció de opciones por dentro. Defensivamente, dijo que fue el duelo «soñado». La recompensa tras un inicio de campeonato «muy injusto», con pocos puntos pese al buen juego.
Esta vez, estuvieron «intensos y concentrados», gracias a una buena comprensión del trabajo de esta semana en los entrenamientos. Ahora «podemos pelear con cualquiera», añadió. Sobre Iván Forte, con molestias en el aductor, quiso esperar a lo que dictaminen este lunes los servicios médicos.
Por último, Manu Barreiro estimó que la afición «disfrutó» y que los tres puntos ofrecen «confianza». Los racinguistas estuvieron «muy bien en todos los aspectos», a su juicio, con un compromiso «casi perfecto». Exjugador del Zamora, reconoció que hacer un buen partido ante ellos le «apetecía», máxime «cuando no tienes buen recuerdo». Ese es su caso: «No se me trató como merecía».
Otras categorías
Tercera División. Somozas 3-2 Cultural Areas, Pontevedra 2-0 As Pontes.
Preferente Autonómica, grupo norte. Galicia de Mugardos 1-1 Residencia, Lemos 2-3 O Val, Narón 4-2 Carral.
Primera Autonómica, grupo primero. Cultural Maniños 2-1 Eume, Meirás 0-0 Olímpico, Imperátor 6-0 Perlío.