El Somozas es de Segunda B en memoria de Manolo Candocia

JOSÉ MARÍN AMENEIROS | Domingo 22 junio 2014 | 19:45

Lo de hoy del Somozas se presentaba como aquel que se liga a una chavala el sábado anterior y anda guasapeando toda la semana con ella: muy mal se tenía que dar para no triunfar este finde. Tras el 1-5 que facturó en Canarias, cualquier resultado que no fuera escandaloso valía a los blanquiverdes para escribir la historia, a partir de ahora, desde Segunda División B. El filial del Tenerife ganó 0-1 en Pardiñas pero As Somozas, un municipio de mil y poco personas, chantó su equipo en el bronce del fútbol español.

El Tenerife B saltó al campo sabiendo que los del Somozas habían salido con el calzón de competi, seguros de su victoria, y pronto se dejó meter mano. Heber se colaba por las bandas, Iago López casi enchufa un remate en escorzo y Carlos, portero visitante, por poco le regala un gol a Stefan. Pero, a pesar de ello, los tinerfeños amagaron la cobra en un remate de cabeza en el minuto 9 que obligó a Abraham a sacar una mano salvadora.

Por momentos, Nata dejaba de parecer el habitual delantero suplente del Tenerife y metía algo de miedo a la afición somocense. En el bando local, Luis Ángel hacía valer sus 21 goles en liga y sembraba el peligro en los ataques blanquiverdes, con un amenazante lanzamiento de falta, entre otras cosas, todo trufado con remates de Stefan y las incansables carreras por ambas bandas de Heber. Aún así, parecía que los canarios mantenían la esperanza de obrar el set: su portero buscó el balón apuradamente tras un disparo para volver rápido al juego.

La primera parte acabó con tres para el Tenerife, tres tarjetas amarillas por sendas faltas, una de ellas por levantar a Luis Ángel y, por consiguiente, a la airada grada. Ambos equipos se empeñaron en ocultar en la segunda parte lo que realmente eran: máximos goleadores de sus respectivos grupos de Tercera, 76 tantos el Tenerife y 72 el Somozas, pero de esos, pocos esta tarde en Pardiñas.

Dejó de verse en el segundo acto a los porteros, acaso sólo por balones colgados erróneamente, despejes o pelotas perdidas por la línea de fondo. Pablo Antas estuvo omnipresente hasta su cambio, a la hora de partido. El encuentro continuó tranquilo para los gallegos, aburrido en ocasiones, hasta que allá por el 67 se animó la cosa. Stefan asistió a Heber, que solo ante Carlos la pegó fuera, y a continuación el Tenerife chutó haciendo desperezarse a Abraham.

A Pablo Berros le dio por anotar un bonito tanto de vaselina, pero se lo anularon por fuera de juego. Antes, había entrado en el campo la melena de David Franch, que puso salsa al verde. El jugador local tuvo la ocasión de deleitar a la afición, pero quien lo hizo en la siguiente jugada fue Abraham con una estirada que evitó el tanto visitante de Jairo.

Nada pudo hacer, eso sí, el cancerbero local cuando Amorín bombeó un balón a la olla que se paseó hasta que Jorge lo introdujo en las mallas a treinta centímetros del segundo palo. Fue el 0-1 definitivo para un Tenerife que, deportivo, tuvo su cruz en Kevin, al que sí se le fue la olla atizando un rodillazo karateka a Franch en un salto que costó al canario la segunda amarilla y el sendero de los vestuarios. Entonces se oía más al respetable que en el resto del partido cuando todos empezaron a corear el «tonto, tonto» desde la grada.

En el minuto 91 y pico silbó tres veces el colegiado para confirmar que el Somozas ya es equipo de Segunda División B. El We are the champions atronó por los altavoces mientras los jugadores lo celebraban en el medio del campo. Uno de los más conmovidos era el meta Abraham, que llegó al Somozas hace 8 años cuando el equipo estaba en Primera Regional. Esta tarde Manolo Candocia estuvo más presente que nunca desde su fallecimiento. «Esto va en memoria de Manolo, es una pena que no pueda estar con nosotros», dijo Abraham, y después se fue, junto con todos sus compañeros, a abrazar a una emocionada Gema Candocia, hija de Manolo, que estaba situada, cómo no, detrás de la portería.