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MARTA CORRAL | Ferrol | Lunes 5 diciembre 2016 | 14:14
Canido ha respondido una vez más a la llamada del arte. La suma de un sol inusual en diciembre, una cuidada oferta de objetos y el acompañamiento de la música y la gastronomía, han dado como resultado un balance más que positivo para la primera edición de Mercalegre que se celebraba este domingo en la calle Alegre, la vía principal del barrio.
«Estoy más que contento», comentaba el promotor de la cita, Eduardo Hermida, mientras se acercaban a él algunos de los 33 expositores -también vinieron de fuera de Ferrol- asegurando que habían tenido muchísimas ventas: «Sólo me quedó un lienzo sin vender», admitía una de las artistas, que había sido alumna del propio Hermida.
A la una de la tarde, en la plaza donde se hallaba el antiguo depósito, no cabía un alfiler. La acera de enfrente, donde Hermida tiene el estudio, también estaba a esa hora atestada de gente, mientras en las inmediaciones del Rueiro, el café situado en la esquina de Alegre y Coruña, también congregaba a un gran número de personas que acudían a la llamada de la música en directo, la pulpeira y el lacón que Suso ofrecía a sus clientes.
El Rueiro fue uno de los epicentros de la fiesta a base de música en directo, pulpo, lacón y cañas (foto: Ferrol360)
«La verdad es que se han superado mis expectativas», comentaba la fotógrafa Helena Segura-Torrella, que mostraba un buen número de esas preciosas fotografías que te trasladan a un cuento con sólo mirarlas.
Estela y Carliños, de A Vella Fábrica de Lapis, también estaban encantados con la respuesta: «No hemos parado ni un minuto, vendimos muchísimo», apuntaban, «los diseños de Elga Lamas y el Ferrol Mola han arrasado». A su lado, los collages de Mary de Lirios también volaban e, incluso, el atrezo del propio puesto, que había tejido Laura, de Miquinho: «Como era un mercadiño so de arte non puiden apuntarme, pero trouxen algunhas pezas para decorar e vendinas».
Muchos cuadros, pero también dibujos, ilustraciones, tarjetas o camisetas pintadas a mano, decoración handmade, lámparas y objetos vintage de Le chat noveau, esculturas en metal y fotografías de Eloy Taboada. Mucho donde elegir y precios para todos los bolsillos.
Aunque la idea de Hermida es que la muestra sea itinerante por otros concellos, la voz unánime de los expositores -que solamente han tenido que sufragar 2 euros por metro cuadrado y disponían de descuentos para comer en el barrio-, y también del público, es que Mercalegre no tarde en volver en forma de una segunda edición. Y, la verdad, no les falta razón. El barrio de las Meninas necesita del arte para seguir viviendo.
El arte salió de nuevo a la calle en el barrio de Canido (foto: Ferrol360)
