REBECA COLLADO | Mugardos | Jueves 27 julio 2016 | 10:58
El pasado viernes el Concello de Mugardos puso en marcha por segundo año consecutivo el programa de visitas guiadas al Castillo de la Palma. Una iniciativa que tuvo una gran acogida el pasado verano, cuando por primera vez, vecinos y visitantes pudieron recorrer por dentro esta fortaleza del siglo XVI.
Atravesar esa gran puerta de madera se siente casi como un privilegio. Y es que después de contemplar durante años su fachada marítima desde el castillo de San Felipe, de imaginar cómo será su interior, qué secretos guardará, por fin podemos recorrer sus estancias y conocer sus entresijos. Entrar en el Castillo de la Palma es una experiencia para los sentidos.
Nos ofrece una visión panorámica de la ría de la que no habíamos podido disfrutar antes y que nos permite descubrir más detalles de ese entorno sin igual. Nuevas imágenes de la espectacular bocana de la ría se van grabando en nuestras retinas al tiempo que respiramos un aire cargado de olor a mar y a naturaleza pura.
Tocar sus paredes de piedra para ayudarnos a bajar o subir por sus escaleras de caracol nos transporta de alguna forma a la historia de la fortaleza. Una fortaleza construida, junto a los castillos de San Felipe y San Martín, para salvaguardar el puerto de Ferrol de los ataques de ingleses y franceses.
Por cierto, que era el castillo de San Martín, y no el de la Palma como muchos creen, el que estaba unido al de San Felipe por una cadena que se tensaba ante un ataque marítimo. Esa cadena hacía pedazos a los buques de las armadas que se atrevieran a atravesar estas aguas. Desde la fortificación podemos ver las ruinas del castillo de San Martín.
El 80 % de la construcción es visitable
Después de recorrer una y mil veces el Castillo de San Felipe, al entrar en su homólogo mugardés saltan las inevitables comparaciones. Desde el otro lado de la ría la Palma parece más pequeño de lo que en realidad es, y aunque la fortaleza ferrolana es más amplia, la de Mugardos tiene más metros cuadrados constuidos.
En líneas generales, se conserva en mejor estado porque también hay que destacar que se remodeló en 1893. Las estancias son abovedadas o acasamatadas y en las que se dedicaron a albergar la cárcel militar podemos encontrar paredes de ladrillo, lámparas e instalación eléctrica.
Aproximadamente un 80 % de la fortificación es visitable, la parte restante no se encuentra en buen estado debido al saqueo que sufrió en 2011. Durante la visita guiada podemos conocer la taberna, el polvorín, la cocina y la zona del puerto, entre otras.
Una de las características más peculiares del Castillo de la Palma es el sistema de transporte que utilizaban para mover las mercancías que llegaban a la zona del puerto. A través de unos raíles que recorren el interior de la fortaleza se transportaban los vagones cargados de munición o alimentos.
Los animales de carga tiraban de los vagones hasta llegar al centro del castillo, en donde se encuentra un sistema rotatorio que disponía por una u otra vía el vagón, dependiendo de la estancia a la que se debía dirigir.
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O cú da raíña
El castillo mugardés no está libre de anécdotas y curiosidades, incluso relacionadas con la realeza de la época. Cuando la marea está baja desde la fortificación se puede ver una gran piedra conocida como ‘o cú da raíña’ en recuerdo del paso de Mariana de Neoburgo, esposa de Carlos II de Austria, por la villa.
La reina viajó de Alemania a España en un trayecto un tanto accidentado, ya que en principio tenía que desembarcar en Santander y acabó en Mugardos por las malas condiciones meteorológicas. Cuentan que encantada con el trato que recibió de los mugardeses, la Corona decidió otorgarle el título de Real Villa a Mugardos.
Celda de Tejero
Pero si hay una historia y una estancia que despierta la curiosidad de los visitantes del Castillo esa es la de Antonio Tejero, que cumplió dos años de su condena en la fortaleza tras el intento del golpe de Estado del 23F.
El Castillo de la Palma se convirtió en cárcel militar en 1936, pero los reclusos que llegaban a ella más que presos eran arrestados. Y es que no se encuentra ni una sola celda propiamente dicha en la fortaleza. Las habitaciones tenían sus baños privados y armarios, y la de Tejero hasta tenía cocina y una zona a modo de sala de estar.
Con semejantes vistas y comodidades, más que cumplir condena podría parecer que estaban de retiro espiritual. Una situación privilegiada que seguro que reafirma en muchos visitantes la teoría de que Tejero fue cabeza de turco en la intentona golpista.
Hotel de lujo
El Castillo de la Palma se encuentra desde 2003 en manos de un grupo de inversores, que querían convertir la fortaleza en un hotel de lujo con spa. El proyecto se encuentra paralizado desde hace años porque la inversión para poder llevarlo a cabo supera los 20 millones de euros.
Con la iniciativa privada en punto muerto, el Concello de Mugardos dio el pasado año un paso al frente para poder abrir las puertas del castillo a los visitantes. No encontraron grandes dificultades para poner en marcha las visitas guiadas y tampoco para reeditarlas en este verano.
Los interesados en visitar la fortaleza podrán hacerlo de viernes a domingo hasta el 30 de septiembre. Las plazas son limitadas, por eso desde el Concello se recomienda no esperar demasiado para hacer la reserva, y es que advierten que ya hay días completos.
Los horarios de las visitas, que se hacen con una guía, son a las 10:30, a las 12:00, a las 17:30 y a las 19:00 horas. Para poder inscribirse se puede reservar plaza en la propia Oficina de Turismo de Mugardos, enviando un correo electrónico a la dirección: oit.mugardos@gmail.com o llamando al teléfono 630.885.761.
La visita no tiene ningún coste y, sin lugar a dudas, es muy recomendable. Aproximadamente una hora y media para descubrir la historia de la fortaleza, disfrutar con su arquitectura y dejarnos maravillar por la naturaleza que la rodea. Una cita con las horas contadas, que no se debe dejar escapar.
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