MARTA CORRAL | Especial Día de la Mujer | Sábado 8 marzo 2014 | 14:00
No soy muy amiga de las fechas conmemorativas. Me parece injusto que la sociedad sólo recuerde causas una vez al año; aunque reconozco que es una manera de seguir haciendo visibles las luchas, de alentar a las personas, de moverles el corazón.
Que siga existiendo un día internacional de la mujer, me recuerda que aún queda mucho camino por andar, muchas metas a las que llegar juntas, derechos por los que pelear cada día y nuestro estilo no es quedarnos con los brazos cruzados.
Desde Ferrol360 os pedíamos que compartierais con nosotros historias de «mujeres anónimas que han hecho pequeñas grandes cosas» y las mujeres que nos habéis presentado, no pueden ser más fabulosas.
Charlamos con todas ellas de sus vidas, de sus hijos, de su trabajo. Pero también de las mujeres en la sociedad, de los obstáculos que nos encontramos.
Estamos encantados de presentaros a Mercedes, Victoria, Josefina y Alma: las cuatro magníficas.
Mercedes Fernández Espiñeira: el coraje de trabajar por un sueño
Interrumpimos a Mercedes mientras termina su jornada de trabajo, algo muy normal en esta mujer ferrolana que no ha parado de trabajar desde que terminó la carrera de odontología, a pesar de que nadie le ha puesto las cosas fáciles.
Su hermano Eduardo acudía a la llamada de Ferrol360 con un correo electrónico que conmovió a toda la redacción: «Hola, os quiero presentar a mi hermana, la mejor en este día de la mujer trabajadora» empezaba su mensaje.
En él nos detallaba la vida de su hermana que fue emprendedora con 23 años, cuando montó su clínica dental en Covas: «Lleva 16 años trabajando, tiene una niña de 10 años y a sus 30 años pasó su primer bache, o «etapa» como le llama ella, tras superar un divorcio tormentoso y complicado, quedándose con una niña de 4 meses» nos cuenta Eduardo.
Nadie dijo que fuera fácil y la vida le volvió a mandar un nuevo revés a Mercedes: «Dos años más tarde, le llegó su segundo palo en la vida: el cáncer. A día de hoy, 8 años después, es prueba más que superada. Para ella, “un catarro más difícil de curar»».
Por si fuera poco, después de superar su enfermedad, vivió una auténtica pesadilla al sufrir -durante seis años- mobbing inmobiliario en el local donde tenía legalmente establecida su clínica: «Tuve que ir a terapia e incluso a clases de defensa personal, porque vivía con mucho miedo, pero tenía claro que no podía tirar la toalla ni mirar hacia otro lado, porque yo tenía un contrato en regla».
La perseverancia de esta valiente dio sus frutos y consiguió que la justicia condenara al hombre que la acosaba. Lejos de conformarse, Mercedes se embarcó en un nuevo proyecto hace 14 meses, MEUDENT, una clínica dental en el centro de Ferrol que da trabajo a otras cinco personas.
«A sus 39 años jamás, jamás, ha dejado de trabajar. Cogió la mínima baja por maternidad. Con la quimioterapia siguió trabajando, con su divorcio siguió trabajando y siempre con su hija a su lado. Nunca la oí quejarse por tener que ir a trabajar» nos escribía su hermano Eduardo.
Mercedes no cambiaría nada de su vida, aunque no haya sido un camino sencillo de recorrer: «Aunque al terminar mi carrera me planteé opositar, siempre quise tener mi lugar de trabajo, mi clínica».
Ella nunca se ha sentido discriminada por ser mujer ni tampoco en su puesto de trabajo, porque al ser autónoma, es su propia jefa. Eso si, no entiende que sean siempre las mujeres las que tengan que sacrificar su trabajo para dedicar más tiempo a sus hijos: «Hablándolo con mis amigas siempre planteo lo mismo: ¿Por qué no son los hombres los que se cogen la reducción de jornada? ¿Por qué siempre las mujeres?».
Mercedes dice que en la organización está la clave para poder compatibilizar el trabajo y la familia: «Yo siempre lo dije, desde que estudiaba: el día tiene 24 horas y ocho son para dormir, otras ocho para trabajar y las ocho que quedan se emplean en comer, en hacer tus cosas y estar con tu familia y amigos».
Para ella, los límites que una mujer puede tener, son los que ella misma se pone. La sociedad no pone obstáculos al desarrollo de las personas: «Cada persona elige».
Mercedes lanza un mensaje a todas las mujeres que duden a la hora de emprender o entrar en el mundo laboral. Para ella, trabajar es absolutamente necesario para realizarse como persona y ser una mujer plena, el secreto es: «Creer en ti, y luchar. ¿Qué te cierran 15 puertas? Hay que seguir insistiendo porque, a lo mejor, la número 16 está abierta».
Como emprendedora, sabe que las cosas están muy complicadas, pero hay que apostar por los sueños y trabajar mucho para conseguirlos: «Nadie regala nada».
Como nos decía su hermano: «Creo que es el mejor ejemplo de mujer trabajadora emprendedora y luchadora».
Victoria García Quián: «Caminaremos hacia la igualdad cuando la mujer sea capaz de decidir tener hijos cuando quiera, independientemente de su trabajo»
Victoria lleva trabajando desde los 17 años. Esta coruñesa afincada en Ferrol, militó activamente en el feminismo. Perteneció a Comisiones Obreras y al movimiento comunista. Es socia fundadora del Ateneo Ferrolán.
Su hijo Rubén recuerda que pasó mucho tiempo de su infancia en casa de sus abuelos, ante la imposibilidad de que sus padres pudiesen conciliar su vida laboral y política con el cuidado de sus dos hijos.
Recuerda a su madre siempre trabajando, también en casa. Él ha escrito a Ferrol360 para descubrirnos a una mujer que siempre supo que quería ser independiente y libre. Una mujer con las ideas muy claras.
FERROL360 – ¿Piensas que si hubieses nacido hombre la vida sería menos complicada para ti?
Victoria García – Si, bastante menos complicada. Por mi manera de pensar yo siempre quise ser una mujer liberada económicamente, trabajar y tener independencia económica a todos los niveles. La mujer, además de trabajar, tiene que tener una vida familiar y la mentalidad social que hay sigue siendo machista.
360 – ¿Te has sentido discriminada laboralmente por ser mujer?
VG – Siempre trabajé en sitios donde mi estatus laboral estaba establecido en un salario fijo. Todos cobramos lo mismo, hombres y mujeres. Pero, estadísticamente, no hay más que decir: la mujer está discriminada en los puestos de responsabilidad y en los salarios.
360 – ¿Cuánto se ha avanzado en igualdad en los últimos años?
VG – La mujer está más preparada, tiene muy claro que quiere trabajar y tener independencia; pero de ahí a liberarse en el amplio sentido de la palabra, no hemos mejorado. Es un problema educacional. La sociedad, los hombres y las mujeres, no enseñamos culturalmente en esa igualdad. Y yo me incluyo.
360 – ¿Qué muros tiene que derribar la mujer hoy en día?
VG – Cuando la mujer sea capaz de poder decidir tener los hijos cuando quiera, independientemente del trabajo que tenga, y poder ella decidir si trabaja o no, sin que suponga perder su puesto de trabajo. Eso es algo importantísimo. Porque yo he tenido que cuidar hijos y trabajar, siempre dependiendo de tener a gente con la que dejarlos. No he tenido la opción de dejar temporalmente mi trabajo y que el Estado me ayudara, para poder cuidar a mis hijos como tengo que cuidarlos. Todo a la vez es muy complicado. Tu estrés lo vas a transmitir a tus hijos y eso, a la larga, se paga. Nosotras y los hijos. En eso no se ha avanzado nada, sólo nos ponen guarderías.
360 – ¿Qué consejo le darías a las mujeres que no se atreven a dar el salto a la vida laboral por prejuicios sociales?
VG – La mujer tiene que hacer aquello que considere que quiere hacer. No se puede predisponer a alguien a hacer algo determinado. La mujer tiene que ser libre para optar y decidir. Si decide quedarse en casa porque cree que es mejor, y no trabajar, es una opción que yo respeto. Una opción que la mujer elija, que no le venga impuesta ni por su marido, ni por la sociedad. Pero creo que siempre es mejor tener la posibilidad de poder trabajar, de tener esa puerta abierta.
Josefina García Muro: trabajando apasionadamente para conservar una tradición
Cuando la llamamos para charlar, estaba cuidando de su nieto. Esta ferrolana criada en Ferrol Vello, recuerda con cariño las veces que, desde su balcón, veía desembarcar a las rondallas y pensaba: «¿Cuándo me vendrán a cantar a mí?».
Su hija Sandra escribió a Ferrol360 para contarnos la historia de su madre: «Una mujer que vive con una enorme ilusión y pasión la festividad de Las Pepitas», nos comentaba en su correo electrónico.
Josefina alberga un sentimiento de enorme devoción por todo lo que tiene que ver con la fiesta: «Hace unos años reunió a cincuenta madrinas de diferentes rondallas en una cena de reencuentro. Se preocupa por adornar, decorar balcones, escaparates… Hasta tuvo la originalidad de pedirle a un letrista que realizara una canción dedicada a todas las madrinas».
Para Sandra, su madre «refuerza el sentido y el sentir de las rondallas», de modo que la primera pregunta a Josefina era obligada: ¿No son Las Pepitas una fiesta machista?
«No, para nada. Está empapada de una delicadeza tremenda y no creo que nadie se pueda sentir ofendido. Además, se ronda tanto a hombres como a mujeres, porque algunas rondallas son mixtas. No creo que sea nada machista».
Josefina al fin consiguió su sueño y fue madrina de una rondalla, al igual que una de sus dos hijas. Su marido es rondallista, ahora con el Club de Campo, con lo que es imposible imaginar la vida de esta mujer sin estar vinculada al mundo de Las Pepitas: «Ya he ido a adornar los escaparates de varias tiendas del centro porque todos tenemos que colaborar para que esta fiesta siga adelante, aunque sea con un detallito, pero poner de nuestra parte».
Ella trabajó durante muchos años en su comercio de la calle Dolores, la conocida tienda de decoración Sacri, de ahí su buen hacer a la hora de confeccionar un escaparate: «Cuando tenía el comercio todas las rondallas pasaban por allí. Yo les adornaba también el balcón del piso de arriba y venían las madrinas que elegía la Cope para que les cantasen».
Josefina teme que esta tradición ferrolana tenga los días contados y, aunque ella es muy positiva y optimista, comenta que las cosas no se están haciendo bien: «En los periódicos no sale nada aún y estamos a una semana. Además, nos mandan a Caranza, que también es Ferrol, por supuesto; pero esta es una fiesta que siempre llena las calles del centro y por la mañana eso no ocurrirá, porque estaremos en el auditorio y no en el Jofre, como los últimos años».
Josefina se considera una mujer afortunada. Siempre ha sabido compaginar la familia con el trabajo y su vida personal: «Siempre es importante tener tiempo para una misma, para hacer tus cosas». Es una mujer muy activa: va a clases de informática, viaja y es independiente.
Ella nunca se ha sentido discriminada por ser mujer y cree que se ha avanzado muchísimo en la igualdad dentro del mundo laboral, aunque reconoce que la conciliación es muy complicada e incluso se queda a diario con uno de sus tres nietos: «Todos los días voy por las mañana a casa de mi hija para cuidar de mi nieto, para que ella se pueda ir a trabajar».
Pero, como siempre, con una sonrisa en la cara y con su optimismo muy presente: «Animo a todas las mujeres a trabajar por lo que ellas quieran hacer, que no es fácil, pero se ha avanzado mucho», concluye.
Alma San Isidro: «Sí que sacrifico tiempo, pero es algo que va en su educación, ellos me ven a mi como un referente»
Siempre me fascinó la vida de Alma. Mi amiga Suyapa me la presentó después de haberme contado las peripecias de esta gran mujer con cinco hijos a sus espaldas.
A sus 35 años, Alma no sólo cuida de sus hijos, también es una mujer trabajadora y, además, está estudiando la carrera de psicología. El mejor ejemplo de conciliación, una mujer que reconoce que, con organización, todo se puede hacer.
Ferrol360 ha hablado con ella mientras ejercía de madre en el cumpleaños de uno de sus hijos.
FERROL360 – ¿Alguna vez de has sentido discriminada como mujer?
Alma San Isidro – Personalmente no, pero veo que hay discriminación hacia las mujeres. Por ejemplo, esta mañana vi un reportaje sobre un bar de un polígono industrial, en el que las camareras tenían que trabajar en lencería. Esto lo comentas porque te espanta, y ves que a los hombres no les espanta tanto como te espanta a ti. Es decir, aunque no lo hayas sufrido, sí que ves ese mundo.
360 – ¿Se ha avanzado mucho o poco en tema de igualdad entre hombres y mujeres?
ASI – Hemos avanzado poco, muy lentamente. Aunque sea, por lo menos por hipocresía, algo ha cambiado. Hay ciertas cosas que ya no están bien vistas. Puede que de puertas para dentro no haya mucho cambio, pero sí de puertas para fuera. Hay más apoyo y se agradece.
360 – ¿Contra qué tenemos que seguir luchando las mujeres?
ASI – Contra el machismo de base. Lo de que la mujer tiene que estar en casa, hacerse cargo de todo y ser la súper mujer. Que si quieres trabajar, tienes que cumplir igual con lo de casa.
360 – ¿Es muy difícil compaginar el trabajo y la familia?
ASI – Al principio me costaba mucho, porque siempre fui trabajando con cositas compatibles. Hace años que es bastante incompatible y los veo muy poco; sin embargo, la madurez de mis hijos, lo que aprenden, la admiración que noto en ellos incluso hablando con sus amigos… Es impagable. Realmente, repercute en ellos lo que yo estoy haciendo. Si que sacrifico tiempo, pero es algo que va en su educación, ellos me ven a mi como un referente.
360 – ¿Qué les dirías a las mujeres que aún dudan a la hora de cumplir sus sueños?
ASI – Las animaría a ser completas, a sentirse completas, a sentirse bien con lo que hacen. Si ellas se sienten bien, sus hijos también se sentirán bien a la larga. Están aprendiendo un modo de proceder, un modo de ser personas completas, no hay porqué sacrificar nada, es cuestión de organizarse, de proporcionar más calidad que cantidad. Sigues dando cosas y todo es importante.
Soy paciente de Mercedes Fernández Espiñeira . Me gustó el artículo sobre ella porque, además de ser una excelente profesional , es un claro ejemplo de mujer luchadora que se crece ante la ad –
versidad.