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Lidia India e Latexo: «Me gusta la música porque te permite compartir con otras personas»

TEXTO Y FOTOGRAFÍAS: ALICIA SEOANE | Ferrol | Domingo 5 febrero 2023 | 13:00

Cuando quedamos para concretar la entrevista con Lidia Castrillón, no tenía duda alguna que nos juntaríamos en el entorno del antiguo campo de tiro de Doniños porque ella es vecina de la zona y yo una hija adoptada. Tenemos el sol de nuestra parte, así que es uno de esos días que son un regalo: invierno, sol, sonidos de pajaritos, olor a mar y mucha tranquilidad. Perfecto para entrar en el mundo del mestizaje de esta cantora.

Más conocida como Lidia India, es una mujer que rebosa buena energía. En su rostro siempre hay espacio para una sonrisa y su buen rollo se hace ver en sus letras y su forma de vivir la música. Su sonido huele al otro lado del charco, pero con letras en gallego que hablan de mestizaje, de vivir sabiendo que la vida son dos días. Su música te genera ganas de mucho bailoteo y cervezas al sol…

FERROL360 – ¿ Cuándo empiezas a darte cuenta de que tu pasión por la música empieza a ser algo más serio?

INDIA E LATEXO – No sé, creo que vino un poco solo, en el sentido de que siempre estuvo ahí. Yo decidí ser médico ya siendo adolescente, pero la música siempre ha estado presente en mi vida desde niña. Cuando me fui a estudiar fuera y me empecé a cruzar con otras músicas, esto empezó a ser para mí algo fundamental. En mis primeros viajes a América Latina empecé a descubrir el sentido de la música y a descubrir otros sonidos, y me di cuenta de que era algo que me enganchaba. Es cierto que siempre lo vi como algo que me sentaba bien porque me hace compartir con la gente, nunca lo vi como algo profesional.

360 – ¿La música empezó a salir sola?

IEL – Mi madre tocaba la guitarra y esa afinación se me quedó grabada. Ese tintineo era algo natural para mí. Cuando estaba estudiando me llegó una guitarra que me regalaron y fue fácil para mí cogerla, era como si saliese solo…

360 – ¿Cómo compatibilizaste la música y una carrera de medicina, siendo dos facetas aparentemente muy diferentes?

IEL – A veces pienso que son dos lados de mí misma que se ayudan mutuamente. Ahora estuve un año sin trabajar, dedicándome solo a la música, y fue un año muy intenso de mucho trabajo. En el disco Nas rúas me inspiré mucho de mi trabajo como médico durante la pandemia, todo lo que vivimos, la falta de sentir la alegría y el contacto. Me tocó mucho esta época. Mi último trabajo era un poco esto: «oye, que estamos vivos, la vida se escapa tan veloz que tenemos que disfrutar y estar presentes disfrutando de las cosas más pequeñas». La medicina me aporta la parte de estabilidad económica y la libertad de hacer en la música lo que me apetece, que con la música solo es muy difícil de conseguir.

360 – ¿Ahora has montado un estudio en tu casa?

IEL – Yo creo que el tener el estudio en casa y poder grabar fue algo que me animó a dar ese salto y tomarme un tiempo, fue dar un paso más. Como todo, cuanto más practicas, más rodaje coges. A base de hacer y hacer. El disco de Nas rúas, salió un poco a raíz de la pandemia y de juntarme con mi pareja, César Yañez. Él es percusionista, pero empezó como gaiteiro. Viene de mucho rodaje y es un músico muy completo, así que la parte de grabar en casa, y yo ponerme a hacer temas, fue algo que salió fácilmente durante el confinamiento. Como estábamos juntos todo el rato, empezamos a tirar del hilo. El maracatú empezó así, haciendo juntos unos ritmos… me dije: «venga, vamos a ponerle una letra a este ritmo», y luego colaboran también otros artistas como Eugenia Sanmartín, Mos…

360 – ¿Cómo fuisteis componiendo todo el disco?

IEL – Mientras estábamos en este proceso de creación, me llamó Andrés Rivero, que es el director de Latexo e percusión. Me comentó que estaba buscando un proyecto para llevar percusión a los escenarios y, bueno, por su conexión y la mía con Brasil. Cuando colgué el teléfono me di cuenta de que nosotros ya andábamos metidos en esto mismo, que teníamos esos sonidos brasileños. Intercambiamos nuestros repertorios y nació Bom de máis.

En marzo yo ya estaba terminando la residencia de médico, empezamos a quedar y ver un poco cómo cerrar el repertorio. En 2021 estábamos en ese momento de que había pandemia, pero más ligero, y te podías juntar pero con limitaciones. En ese momento nos pusimos en contacto con Jorge Medina (teclado) y Toni Villar (bajo). ¡Buf! Ahora, viéndolo con perspectiva, trabajamos mucho…

360 – ¿Cuándo estrenasteis el disco?

IEL – Pues el verano del 2021 fue complicado estrenar porque a mi me cogió con el Covid, así que hicimos pequeñas presentaciones de algunos de los que estábamos por esta zona para ir viendo cómo funcionaba el directo, y ver si tenía buena acogida. Al terminar ese verano, vimos que los temas funcionaban y decidimos grabar el disco.

360 – El disco Nas rúas, lo sacasteis a través de crowdfunding, también es otro proceso de mucho trabajo, ¿no?

IEL – Sí, en ese momento empezamos a visualizar el disco, hablar con gente que nos explicase un poco cómo funcionan estas plataformas. El disco lo grabamos en casa y un amigo de Andrés, brasileño de Salvador de Bahía (Israel Lima), nos hizo los arreglos. El disco salió en noviembre y quedamos muy contentos. Hicimos colaboraciones y buscamos gente como Javi Amor, que era mi profesor de guitarra y que me apoyó muchísimo. Buscamos a personas para que el disco fuese cogiendo tonalidades, colaboraron también otras personas como Fausto Escrigas, Eugenia Sanmartín, Mos, Carmen y Bea García.

360 – En tus ritmos parece que la música brasileña y todo lo que viviste allí te ha marcado mucho, ¿qué crees que te ha dejado tu paso por Brasil?

IEL – Creo que lo que descubrí allí fue algo que yo ya sentía, es como que algo de esta música me encontró y fue creciendo en mí. Allí la música estaba en todas partes: en los niños, en las calles. Está presente en la vida cotidiana. La gente es muy hospitalaria. En mi primer viaje, cuando terminé el MIR, fui casi un año y me tuve que volver, pero me vine llorando porque sentía que no quería marcharme. En mi segundo viaje ya tenía una pareja músico y teníamos a Aimara, nuestra hija. Su padre me transmitió mucha música popular brasileña, el forró, y otras músicas que en Portugal llegan más que aquí… Te vas empapando de la cultura musical y todo eso dejó mucha huella en mí.

Para mí, la alegría de las letras de la música brasileña, esa forma de vida que transmiten hasta en el saludo de «bom día» tan vital, pues me gustaba mucho. Es una cultura viva, no en el sentido ingenuo de la falsa positividad, sino que pese a todo hay una alegría, una forma de estar en el mundo con vitalidad. Lo que me gusta mucho de la música es que te permite hacer comunidad y compartir, nos permite estar más en el presente y llegar a lugares donde me parece que es más difícil llegar sola.

360 – Hablas de la música como si conectases con algo muy primitivo…

IEL – Sí, es que la percusión en ese sentido sea brasileña, cubana, gallega o africana tiene algo que es muy terrenal, y eso que decíamos que te pone en le presente, en el movimiento, es una música que tiene algo de esto que decimos que no lo sientes igual si lo haces solo.

Por eso, este proyecto musical de diez personas me gustó tanto. Porque te vincula y te hace sentir muy viva. Esta raíz y estos ritmos de percusión que suenan a Cuba, Colombia y Brasil me gustan mucho. Y a la vez, tienen mucho en común con nuestra cultura tradicional: las cantareiras son un poco esto, ese verse en persona, juntarse, tocar y bailar. Eso está muy presente en nuestra cultura también.

360 – ¿En qué momento musical estáis ahora?

IEL – Pues ahora lo difícil es saber cómo moverse. Somos muchos, conseguir que salga rentable un proyecto así, sin una productora detrás, no es fácil. Ahora mismo nosotros hacemos todo solos y no siempre es posible. Si en un bolo te pagan 200€ hay que calcular cuántos vamos para que sea sostenible. De cara al próximo año nos encantaría hacer más festivales y más bolos, pero estamos ahí llamando a puertas.

Yo sigo componiendo y haciendo música y colaboraciones con otros músicos, porque quiero sentir que la música no se para, independientemente de la parte de la producción. Nosotros sabemos que el proyecto que tenemos puede funcionar, pero ser nuestros propios productores es otro trabajo y quizá tienes facilidad y deseo en la parte musical, pero no en la parte de producción. Son cosas diferentes en las que tenemos que ver cómo movernos.

Lidia India & Latexo lo conforman: Jorge Medina (teclado), Antonio Villar (bajo), César Yáñez (batería), Andrés Rivero (percusión), Claudia Álvarez (voz y percusión), Beatriz González (percusión) e Irene Visos (percusión).

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