Texto: MARTA CORRAL / Fotos: RAÚL LOMBA | Ferrol | Sábado 17 junio 2023 | 16:24
Es esta la crónica de una investidura anunciada, la de José Manuel Rey Varela, que este sábado ha vuelto a recoger el bastón de mando que ya blandió en 2011, cuando consiguió la primera de las mayorías absolutas que lo encumbró a la Alcaldía de Ferrol. Los trece ediles que logró el pasado 28 de mayo le han permitido tomar de nuevo posesión del cargo en una ciudad que, no obstante, no es la misma que gobernó.
Rey Varela tampoco es el mismo, pero decía que sentía «la misma emoción». Lo confesaba al acercarse a los periodistas, después de la fotografía de familia que se tomó la recién estrenada Corporación municipal, de nuevo con dos exalcaldes en la oposición, Ángel Mato y Jorge Suárez. Antes, el Himno Galego, interpretado por una representación del Toxos e Froles, cerraba una sesión en la que se conjugaron las ovaciones al regidor, pero también los abucheos al portavoz nacionalista, Iván Rivas.
El presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, accedía al Salón de Plenos a cinco minutos de las doce, la hora fijada para el comienzo del acto. Antes, ya despejadas las nubes que orballaron a primera hora, el calor sofocante abría las ventanas del Palacio Municipal. La jefa de Protocolo, Leonor Bermejo, se multiplicaba la comprobar que todo estaba dispuesto tanto en la estancia principal como en el Salón de Recepciones y la Sala de Comisiones, dos lugares habilitados para el público, en su inmensa mayoría simpatizantes del partido ganador.
El senador Juan Juncal fue el único exalcalde, además de los que todavía son ediles, que acudió a la toma de posesión. Junto a él y a Rueda, en las primeras filas, el vicepresidente primero, Diego Calvo; la conselleira de Política Social, Fabiola García; el Almirante Jefe del Arsenal, Ignacio Frutos; el comandante de la Fupro, Manuel García; el presidente de la Autoridad Portuaria, Francisco Barea; la delegada de la Xunta en Ferrol, Martina Aneiros; el vicesecretario de Organización del PP nacional y senador, Miguel Tellado; la senadora Verónica Casal; la diputada socialista, Natividad González Laso; el Fiscal Jefe, Miguel Armenteros, y la vicerrectora del Campus, María Jesús Movilla.
Los 25 ediles entraban en el Salón con la melodía de las gaitas del Toxos, ocupaban sus asientos y se requería la presencia en la mesa de los concejales de mayor y menor edad, ambos populares, José Antonio Ponte Far y Blanca García Olivares. La lectura del acta de la Xunta Electoral de Zona, validando los resultados de las votaciones, anticipó la llamada para que los miembros de la Corporación prestasen juramento y recibiesen sus medallas, pasando por orden alfabético de sus apellidos, siendo Ricardo Aldrey el primero. La galería de fotografías completa puede verse en este enlace.
Jurando o prometiendo, la mayoría empleando el gallego, los ediles del BNG lo hicieron «por imperativo legal» y añadiendo una coletilla por la que se comprometían a defender los derechos y las libertades «de Ferrol e do pobo galego». Ferrol en Común también empleó la fórmula del imperativo en lo referente al Rey. En el turno de Rey Varela, se escucharía en el Salón de Plenos una reacción que venía de Recepciones, donde se agolpaban sus fieles, iniciando una ovación que se prolongó también en la sala principal, donde además tintineaban los abanicos.
Suárez abría el turno de palabra de los candidatos con una intervención breve, que son las que se esperan en sesiones de este tipo, yendo al grano y deseando suerte. Reconoció que este no era para ellos «un día de festa», haciendo un chascarrillo que hizo sonreír al Salón, para decir que, salvo sorpresa, no sería alcalde. «É momento de ter responsabilidade, é un momento chave para Ferrol no seu crecemento social e económico, así que só nos queda desexarle a José Manuel Rey Varela toda a sorte nesta dura tarefa», dijo.
Comprometiendo una «oposición construtiva, sen renunciar aos nosos postulamentos ideolóxicos», incidió en que es un momento clave para reclamar infraestructuras como la mejora del ferrocarril o el dique cubierto, pero también para velar por la gente mayor, dar oportunidades a los jóvenes y fijar población, cuestiones que serán más fáciles de conseguir «se nos mantemos unidos e fortes frente a outras administracións». Dio la bienvenida a su compañera Nerea P. Carballeira, deseando que tenga relevancia en la construcción «dun novo Ferrol», y avanzando que ambos seguirán luchando por un «mundo máis igual, máis xusto, máis sostible e máis feminista».
Llegó el turno del portavoz del BNG que, en su caso, se extendió durante trece minutos en una intervención que sonaba más a pleno acalorado que a bienvenida. No se vio al Rivas que sorprendió en campaña, más conciso y directo, sino al que ya conocíamos. Blandió una metralleta dialéctica en ataque frontal a la primera fila: a la Armada, a la Xunta, a la Autoridad Portuaria y al nuevo Gobierno local: «Non nos podemos fiar de vostedes», dijo también, refiriéndose al Partido Popular, mientras se oía el eco del salón continuo, donde proliferaron insultos y un «¡fuera, fuera!» dedicados al nacionalista, obligando al personal municipal a amenazar con el desalojo.
En su discurso, que desgranamos en esta otra pieza más a fondo, Rivas citó a Rapa para hablar del muro del Arsenal que hace que Ferrol sea una «cidade incompleta», criticó la ocupación de territorio por parte del Estado sin pasar por caja por sus «privilexios fiscais», abogó por el tren y por la construcción civil en los astilleros, recordando los floteles prometidos por Feijóo que nunca llegaron al completo, e incluso le reclamó al presidente de la Xunta que revirtiese el cierre del ciclo de Igualdade en el Leixa. Además, le dijo al PP que «o 75 % dos ferroláns non lles votou», esperando que tiendan la mano a acuerdos.
Mato, contando con la venía de ser el alcalde saliente y poder así despedirse, habló 10 minutos en los que también profundizamos aquí. Sus palabras tenían un objetivo claro: trasladar la necesidad de que se continúen los proyectos que se han puesto en marcha en su mandato. «Non se pode empezar de cero», pidió, reclamando que «aproveite o traballo feito, polo ben de Ferrol». Dijo que hay iniciativas abiertas, fondos europeos y estatales para financiarlas, y «a maior transformación urbanística no corazón da cidade».
Avanzó una «oposición responsable ao seu carón», poniendo a la ciudad «sempre por diante»; pero también advirtió que los tendrán «enfronte ante calquera tentación de volver ao pasado» en temas como la movilidad, la pérdida de competencias del Concello o el desmantelamiento de los servicios. «Seguiremos defendendo o mesmo que defendíamos desde o Goberno», aseguró el socialista, posicionándose como un «colaborador leal para esixir ante as administracións, goberne quen goberne», creyendo en una ciudad «máis moderna e máis xusta».
Con las palabras de los tres portavoces, se produjo una votación en la que cada grupo respaldó a su candidato, riéndose Mato al pronunciar su propio nombre. Con la corporación en pie, ya proclamado, Rey Varela leyó su juramento, recogió el bastón de mando entre otra gran ovación, y fue a tender la mano a la oposición, pasando revista de las cuentas y los bienes antes de su discurso: más de 5.595.000 millones de euros en las arcas y 128 millones en patrimonio municipal.
En este otro artículo ahondamos en el discurso del nuevo alcalde, que citó a Torrente Ballester, a Faulkner, a Concepción Arenal, a Xabier Alcalá e incluso a Los Limones; pero también a todos los alcaldes de Ferrol desde la democracia y a las personas que le enseñaron en política local desde que entró como el concejal más joven de la Corporación. Usó símiles náuticos para hablar de que «imos axustar as velas para aproveitar os bos ventos e ter unha singladura propicia» junto a una «tripulación excepcional».
Fijó como prioridad una «profunda» reorganización municipal que cuenta con el respaldo de la oposición, valorando que estará en «los grandes temas y en los temas del día a día», comprometiéndose a estar «más en la calle que en el despacho, sobre todo en Santiago y en Madrid, porque Ferrol no quiere ser más que nadie, pero tampoco menos». Abrir el concello a la ciudadanía, recorrer barrios y parroquias, y llamar la puerta de quien haga falta: «Cando se trata de defender esta ciudade, a mín non me vai tremer a voz». El ya conocido «opa Ferrol» puso el punto final a un discurso de algo más de 30 minutos que firmó Rey Varela antes de ir a darse un baño de multitudes entre su gente.