MARTA CORRAL | Miércoles 13 abril 2016 | 9:07
El entrenador ferrolano Sergio Cubeiro (1978) creció en pleno apogeo del baloncesto en la ciudad naval, «era la época del OAR y en Ferrol se respiraba muy buen ambiente, engancharse fue realmente fácil», reconoce. Ahora, aquel niño que aprendió a botar el balón en el colegio Reyes Católicos, capitanea uno de los dos equipos que se está jugando el primer puesto en la Dameligaen o, lo que es lo mismo, la primera división de la Liga Femenina de baloncesto en Dinamarca.
El Virum Go Dream, equipo que dirige desde el comienzo de la temporada, ha ganado en el domicilio de su rival el primero de los cinco encuentros en los que se decide el torneo. Este mismo miércoles se jugará el segundo a las 19:30 horas ante un conjunto, el Stevnsgade, con unas características muy diferentes a las suyas: «Ellas tienen mucha experiencia en su plantilla con varias jugadoras que están en la selección danesa, han sido el mejor equipo de la liga regular y también ganaron la Copa. En nuestro caso contamos con un equipo muy joven, con poco más de 20 años de media, en el que todas las jugadoras debutan en la liga», cuenta, decidido a romper todos los pronósticos.
Formado como técnico en el CB Galicia y Ferrol CB, desde el 2008 al 2010 con el equipo en EBA, Sergio hizo pronto las maletas para irse hasta La Seu d’Urgell a entrenar al Sedis Mausa en la temporada 2010/2011. De ahí al Santa Cruz de la Palma durante un año y al Eskilstuna Basket de la primera división sueca, en el que estuvo como primer entrenador en la liga 2012/2013. Después volvió a Galicia dos temporadas, al Marín Peixegalego, hasta que este pasado año le picó el gusanillo del baloncesto femenino en Dinamarca.
De Ferrol a Dinamarca, pasando por Cataluña y Suecia
FERROL360 – Empezaste en el baloncesto, como suele pasar, por aficción, ¿en qué momento supiste que llegaba la hora de arriesgar y dedicarte a ello de manera profesional?
SERGIO CUBEIRO – La verdad es que no fue algo muy meditado. Surgió la opción de ir a Cataluña, donde siempre había querido trabajar porque hay un nivel muy alto de entrenadores, y estaba claro que en Ferrol no había ningún recorrido. Si no aceptaba, posiblemente estaba perdiendo la oportunidad de vivir aquello en primera persona.
360 – ¿Qué te dijeron entonces las personas de tu entorno?
SC – Si en algo he tenido suerte es en que siempre he estado apoyado y, si esto era lo que quería, tenía que seguir adelante. De hecho, cuando surgió la oferta, nadie dudó que tenía que aceptarla.
360 – ¿Cómo surgió esa primera oportunidad fuera de Ferrol?
SC – Por medio Jaume Roigés, director del TBCA Camp en Andorra, con el que estuve trabajando durante tres veranos. Le habían ofrecido entrenar al equipo EBA en La Seu y me llamó para que trabajásemos juntos. Fue un año increíble donde pude ver mucho baloncesto, conocer gente y aprender muchísimo.
360 – De ahí a Suecia, a donde llegaste de la mano de Aitor Úriz, un entrenador de Bilbao.
SC – Guardo recuerdos muy buenos, tanto a nivel de club como personales. Fue una oportunidad para mejorar el inglés y vivir otra cultura. Está claro que siempre echas de menos España, especialmente por el estilo de vida, pero fue una experiencia básica a nivel profesional.
360 – Una temporada más tarde regresaste a Galicia, ¿se notan muchas diferencias entre la forma de entender el juego aquí y en Suecia?
SC – El baloncesto en los países nórdicos está en desarrollo. La formación de los entrenadores no es como la española. La cultura influye mucho a la hora de entender este deporte porque no es uno de los más importantes, como ocurre aquí. Siguen más el modelo americano que el europeo y eso también se puede ver en un estilo de juego menos táctico que el español.
360 – Dos años en Marín y vuelves a hacer las maletas para irte a Dinamarca…
SC – Me fui por las mismas razones por las que viajé a Cataluña. Llega un momento en el que ves que ya no tienes opciones para desarrollar tu trabajo y debes dar algún paso más para seguir progresando. En mi caso estaba claro que la mejor opción era salir de España.
Surgió la oportunidad de la Dameligaen por medio de Miguel Ángel Hoyo, que estuvo entrenando en Dinamarca la temporada pasada. Le comenté que estaba interesado en volver a salir de España y me puso en contacto con mi actual club, porque buscaban entrenador para el primer equipo. Entonces entré a formar parte de una lista de candidatos para el puesto y, afortunadamente, después de varias entrevistas, me quedé con el puesto de primer entrenador.
El equipo danés ha supuesto el primer contacto con el baloncesto femenino de Sergio Cubeiro (foto: Virum Go Dream)
Aterrizando en el baloncesto femenino
360 – Tu llegada a Dinamarca ha supuesto el primer contacto con el baloncesto femenino profesional…
SC – Sí, para mí era un mundo desconocido. No tenía ninguna experiencia a nivel sénior, así que ha sido un año de aprendizaje, aunque no he querido perder mi estilo ni cambiar mi manera de trabajar. Eso fue algo que quise dejar claro desde el principio al equipo. Paciencia y adaptación mutua han sido claves esta temporada.
360 – ¿Qué diferencias entre el juego masculino y el femenino han sido más complicadas de asumir?
SC – Dejando a un lado la diferencia física lo que más me ha costado, al menos con mi equipo, es la fórmula para plantear las cosas. Yo vengo de otro baloncesto y estaba claro que no iba a ser fácil. La velocidad y la rapidez de ejecución a la que vienes acostumbrado no tiene nada que ver con este baloncesto, con un trabajo táctico que tiene mucha importancia.
360 – Con una plantilla muy joven, está dando la sorpresa al llegar a la final contra el Stevnsgade, un equipo con mucha experiencia al que se enfrenta tras unas semifinales de infarto. ¿Cómo estás planteando los encuentros?
SC– En principio veremos cómo responden las mas jóvenes a esta situación -tenemos 5 jugadoras U19-, pero la rotación de balón y la agresividad defensiva serán claves para poder competir.
El objetivo marcado por el club al principio de temporada era jugar la semifinal, así que estar en la final para nosotros ya es un gran premio. Está claro que queremos más, pero como debutantes en la liga, jugar la final es algo con lo que ni pensábamos en agosto. Ahora sólo queremos disfrutarla y, por supuesto, hacer todo lo posible por ganarla.
Ferrol tendrá que esperar
De momento, Sergio no se plantea dejar Dinamarca: «Tengo contrato, así que en principio se supone que seguiré un año más, pero aún tengo que hablar con el club después de las finales», asegura.
360 – Y después de finalizar la liga, ¿te dejarás caer de visita en Ferrol o aún queda trabajo allí?
SC – Depués de la final tengo que seguir trabajando con las categorías de base. También entreno al U14 masculino y hago trabajo de tecnificación con las jugadoras U19, así que supongo que hasta junio no volveré a España.
360 – Y, de forma profesional, ¿te has planteado volver aquí, en un futuro, por ejemplo, entrenando al Uni?
SC – Mi realidad ahora está aquí y ya veremos que opciones puede haber en el futuro.
El Virum Go Dream dirigido por Sergio Cubeiro jugará este miércoles su segundo partido y el sábado el tercero, ojalá no haya un cuarto encuentro y el talento made in Ferrol deje aún más huella en la Dameligaen. Mucha suerte.