REBECA COLLADO | Ferrol | Lunes 15 febrero 2016 | 14:00
Cuando te duele algo vas al médico de cabecera, si tienes una dolencia cardíaca vas al cardiólogo, pero si tu dolor no es físico, es emocional, entonces vas al psicológico. Aunque aún hay quien piensa que a las consultas de psicología van los locos, la psicóloga Sofía Bellón lo explica muy bien «a mi consulta vienen personas que están pasando un mal momento. Estar sufriendo no significa estar loco».
Sofía es una joven emprendedora que puso en marcha su consulta hace año y medio en la Carretera de Castilla. Con mucha ilusión y empeño, está logrando el objetivo que ya se marcó desde que empezó la carrera: trabajar por su cuenta. «Siempre lo tuve en mente, pero preferí esperar a adquirir experiencia, así que estuve varios años trabajando por cuenta ajena hasta que me surgió la oportunidad», me comenta.
En su consulta ofrece apoyo psicológico a adultos y niños, que presentan algún problema que afecta a su bienestar, y por lo tanto a su salud. En este punto, hace hincapié en que «la salud es una combinación de bienestar físico, emocional y social, y esto último a veces se nos olvida». Y es que cuidar de nuestra salud también es pedir ayuda a un profesional cuando nos sentimos desbordados, cuando los problemas son más grandes que nosotros y no somos capaces de encontrar soluciones.
Terapia EMDR
Otro aspecto fundamental que Sofía trata en su consulta es la superación de eventos negativos que le hayan podido ocurrir al paciente durante su vida. Para ello emplea el abordaje terapéutico EMDR, que consiste en la desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares.
Según informan desde la asociación EMDR España esta terapia «se basa en la comprensión del efecto de las experiencias vitales adversas y traumáticas sobre la patología y en el procesamiento de dichas experiencias a través de procedimientos estructurados que incluyen movimientos oculares u otras formas de estimulación bilateral».
Pero, en época de crisis, ¿entendemos que ir a la consulta de un psicólogo es algo prioritario y necesario o lo vemos como un extra? Sofía indica que «ocurre un poco como con el dentista; si es urgente para ti o para un familiar, vas a consulta. Si no es tan urgente, aunque sea necesario, lo vas aplazando. Se puede decir que se dan los dos casos».
Proyectos de futuro
Además de atender la consulta, Sofía imparte charlas sobre diversas temáticas, como dislexia o acoso escolar. Precisamente sobre esta problemática hablará en la tarde de este lunes, a las 20:00 horas, en el local de la asociación de vecinos de Piñeiros. Un tema candente estos días y del que toda la sociedad tenemos mucho que aprender.
Su objetivo a medio plazo es seguir formándose y también continuar colaborando con distintas asociaciones en la organización de talleres sobre trabajo en equipo y trabajo en valores. En definitiva, «seguir creciendo», señala.
Experiencia como emprendedora
Desde que se aventuró a poner en marcha su consulta en junio de 2014, Sofía se ha ido haciendo poco a poco con su sitio. Así, asegura que el balance general es positivo, «a pesar de las dificultades a las que nos enfrentamos todos los emprendedores durante los primeros años». Reconoce que lo peor de esta experiencia es «todo el tema burocrático del principio».
Desde buscar un local adecuado, que tuviera una rampa para facilitar el acceso a las personas con algún tipo de discapacidad, a solicitar todos los permisos que son necesarios para iniciar la actividad como consulta de psicología general sanitaria y esperar a tener todo en regla para comenzar, hasta el gasto económico que todo esto conlleva.
Pero como siempre nos dicen los emprendedores a los que entrevistamos, los buenos momentos superan con creces a los malos. «Mejores momentos tuve y sigo teniendo muchos. Te podría poner cientos de ejemplos: el agradecimiento de una madre por haber ayudado a su hijo, la satisfacción de que una persona se encuentre mejor gracias a tu trabajo, el día de la inauguración, etc».
Su consejo para nuevos emprendedores o personas que estén pensando en iniciar un negocio es «que se carguen de paciencia y que sepan que habrá momentos buenos y otros no tan buenos; que se rodeen de personas que crean en su proyecto, y lo más importante, que confíen en sus propias capacidades».
No me cabe la menor duda de que Sofía se ha aplicado ese consejo a ella misma y no le ha ido nada mal, desde luego. Empática, cariñosa, comprensiva, atenta, siempre dispuesta a escuchar, a aconsejar, pero sin juzgar. Si es así como amiga, estoy segura que como profesional el listón está aún más alto.