TEXTO Y RETRATOS: ALICIA SEOANE | Ferrol | Jueves 4 agosto 2022 | 11:47
Pedro Raez Baldán es de Jaén y a sus 58 años, con muchos caminos recorridos a sus espaldas, ha decidido crear en su propia vivienda una casa de acogida para peregrinos. Ferrol es el lugar de salida del Camiño Inglés a Santiago de Compostela, una ruta que cada vez es más transitada por personas que quieren descubrir otras formas de llegar a la catedral en la capital de Galicia.
En la temporada de verano, cada año, vemos a más caminantes que deciden emprender el trayecto desde aquí. Sin embargo, la ciudad no contaba hasta hace poco con ningún espacio de acogida porque las obras para reconvertir la Casa do Mar en albergue todavía han empezado a finales del pasado mes de julio. Además, no todos los peregrinos quieren hacer el Camino alojándose en hoteles, así que para esas personas que quieren caminar de otra forma existen alternativas como esta casa de acogida.
En 2019, tras una situación familiar complicada, Pedro se puso en marcha empujado por una amiga rusa que le contó su propia experiencia como peregrina. Sintió que era un buen momento para caminar y encontrar respuestas. Con más preguntas, decidió seguir caminando durante meses. Primero por el Camino desde Burgos; después, una parte del Camino a Finisterra por Muxía; luego, el Camino Portugués y, finalmente, llegó a Ferrol con intención de hacer el Inglés: «Cuando llegué aquí, cogí una neumonía y me di cuenta de que no había ningún albergue para peregrinos ni ningún espacio para alojarnos. Desde ese momento y en vista de que mi situación familiar tampoco mejoraba, entendí que tenía que hacer algo».
En 2020 y en plena pandemia, Pedro acogió en su propia casa a personas que deseaban hacer el Camino manteniendo el espíritu de acogimiento al peregrino: desayuno, comida, cena, sábanas y una buena conversación a cambio de la voluntad. Todo iba viento en popa, en su primera casa situada en la calle Pardo Bajo; pero en plena crisis sanitaria, Cáritas se puso en contacto con él para que diese cobijo durante los meses del confinamiento a personas que se encontraban sin recursos. Fue ahí cuando su hogar se convirtió definitivamente en un refugio, ya fuese para caminantes o para quien lo necesitase en momentos difíciles. No obstante, las normativas Covid hicieron estragos y esta primera casa tuvo que echar el cierre.
Pero el espíritu de Pedro es el de un superviviente, así que no sería tampoco aquel el momento de tirar la toalla: «Durante meses me vi sin casa, pero me di cuenta de que el tiempo que viví en la calle mucha gente me ayudó. Puedo hablar de ese momento sin vergüenza y con dignidad porque hubo personas muy buenas que me han hecho seguir adelante», recuerda.
Tras unos meses difíciles, el pasado mes de mayo, Pedro ha podido reabrir su casa de acogida en la calle Cataluña. Con la pandemia a sus espaldas y un largo camino recorrido, sigue abriendo sus puertas a cambio de la voluntad a personas de todas partes del mundo que deciden alojarse allí como inicio de su Camino y en tan sólo tres meses ha alojado a un centenar de peregrinos que han visitado Ferrol.
En su cuaderno de visitas no deja de recibir palabras de gratitud de sus huéspedes: «Te has ganado un hueco en nuestro Camino de Santiago y allá a donde vayamos nos acordaremos de tito peregrino»; «gracias por tu gran labor de acogimiento y humildad, empezamos con buenas energías»; «tu ilusión en este proyecto hace conservar el sabor del romanticismo del camino de antaño», son algunos de los comentarios que ha recibido.
Muchas personas han parado ya en la calle Cataluña y todo parece indicar que cada vez habrá más. Además, otro atractivo de la casa es el arroz de Pedro, que empieza a ser famoso entre los peregrinos. A día de hoy, él sigue sacando adelante esta casa no sin esfuerzos y todavía acepta ayuda de personas e instituciones que quieran colaborar con él.
De hecho, en este momento necesita camas o literas para acondicionar bien las habitaciones; pero también acepta donativos para poder terminar de colocar bien el piso. Se puede contactar con Pedro a través de su correo electrónico (pedrobaldanraez@gmail.com) o directamente por teléfono en el 682 357 998. Mirando hacia delante, él solo desea poder seguir acogiendo a más personas y conseguir que Ferrol cuente con un espacio para peregrinos.
«La ciudad necesita un espacio como este y ojalá en el futuro pueda conseguir apoyo institucional. De momento, seguiremos trabajando», dice esperanzado. Como firmaba uno de los peregrinos en su cuaderno de visitas: «Ya sabes que Dios te devolverá el 101 %». Pues, que así sea.
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