FERROL360 | Miércoles 8 junio 2022 | 17:19
Después de dos meses de paros, la plantilla de la biblioteca municipal de Ferrol ha vuelto a secundar este miércoles una nueva jornada de huelga para reclamar más personal que contribuya a revitalizar el servicio. Dentro de las acciones que han venido completando para visibilizar su lucha, esta vez han depositado en el Registro municipal cerca de un millar de firmas.
Ferrol en Común ha mostrado públicamente su respaldo a las demandas de los trabajadores y han recordado en un comunicado que el regidor, Ángel Mato, decía este pasado fin de semana en la entrevista concedida a La Voz de Galicia que «los conflictos de ámbito laboral abiertos tenían más que ver con el momento del mandato en el que estamos que con ninguna otra cuestión».
Estas declaraciones del alcalde les han parecido un desprecio a las reivindicaciones del colectivo de trabajadores municipales «cos que nin sequera mantén un diálogo fluído para pór solución a dito conflito». FeC considera «inaceptable» que el personal de las bibliotecas se manifieste a las puertas del concello esperando ser escuchados mientras el Gobierno local trata de sacar adelante un Plan Integral de Cultura.
Piden desde Ferrol en Común al Ejecutivo de Mato que se tome en serio las reivindicaciones del personal de la biblioteca y busque soluciones para poner fin al deterioro de un servicio «do que sentirnos orgullosos». En esta misma línea se ha pronunciado también la edil popular Maica García Fraga, manifestando públicamente el apoyo del PP a las demandas de los bibliotecarios.
«Lamentamos que Mato no escuche, que esté encerrado en su despacho en vez de recibir a estos trabajadores municipales e intentar solucionar sus problemas», ha dicho, valorando que un millar de vecinos y vecinas apoyan las demandas de la plantilla, que ha visto cómo ha tenido que ir cerrando la sala de ordenadores y la de animación a la lectura, sin contar tampoco con seguridad privada.
«Sin personal y sin jefatura, así están los trabajadores que no pueden pedir permisos ni vacaciones, ni tampoco solicitar nuevas compras de libros para la biblioteca porque nadie puede autorizar el gasto, y mientras tanto el alcalde mira para otro lado», ha denunciado la concejala, criticando que la actitud del Gobierno local conlleva un deterioro progresivo de los servicios tal y como estamos viendo y recordando también que la biblioteca de Caranza está cerrada desde septiembre de 2019.