TEXTO Y RETRATOS: ALICIA SEOANE | Ferrol | Domingo 19 de febrero de 2023 | 00:00
Estamos viviendo un momento crucial para el patrimonio militar de la ciudad de Ferrol y su entorno. La edificación de Monte Ventoso en Doniños, así como las baterías de Campelo (Valdoviño) y A Bailadora (Ares) están a punto de ser intervenidas y pasar del abandono a una nueva vida. Esto abre un período de planificación y de toma de decisiones arquitectónicas en cuanto a cómo rehabilitar estos espacios y qué uso público darles.
Consciente de los retos que tiene por delante a la hora de apostar por la rehabilitación de estos espacios, en ente provincial organizó la pasada semana el foro de Apuntando ao mar, donde expertos internacionales dibujaron en el teatro Jofre las claves para conservar este patrimonio, analizando qué errores se han cometido en otros países que ya llevan años haciendo este tipo de recuperaciones, y sugiriendo qué usos darles a estas edificaciones. La Diputación invertirá este 2023 un millón de euros en una primera fase de puesta en valor.
Profundizamos sobre ello con José Manuel Yáñez Rodríguez, jefe del servicio de Arquitectura de la Diputación. Ingeniero de Edificación y doctor en Historia del Arte, está dentro del comité organizador del foro. Él nos explica por qué es importante conocer otras estructuras similares a las que tenemos aquí para poder obtener referencias en la forma de intervenir estos espacios: «Ver qué está sucediendo en otros países, ya que tienen estructuras que, sin ser iguales, sí tienen ciertas similitudes. Es importante ver en qué enclaves están situados, porque suelen ser espacios patrimoniales con una situación estratégica de inmenso valor. Más adelante, abriremos unos concursos para ver qué proyectos se presentan y elegir el más adecuado para cada emplazamiento».
Dentro del foro hubo mucha variedad de ponentes, entre los que me resultó particularmente interesante la mirada de la francesa Émile D´Orgeix. Esta mujer es catedrática de Historia de la Arquitectura y Técnicas en la École Practique des Hautes Études-PSL, en París. Su ponencia trataba el tema de Torres y Fuertes marítimos como patrimonio europeo. Aunque en un primer momento quiso agrupar información de toda Europa, finalmente se limitó a la zona atlántica francesa, poniendo en relación las rehabilitaciones que han tenido lugar en esta costa con proyectos similares a los de los vecinos europeos.
Tuvimos la suerte de hablar un rato con ella y poder preguntarle algunas cuestiones que de cara a nuestro futuro pueden ser interesantes. Entre los proyectos comentados por Émile D´Orgeix en su ponencia, parece particularmente llamativo el proceso de rehabilitación de los búnkers de Saint Nazaire. Este espacio era una fortaleza defensiva del ejército alemán que albergaba submarinos y la antigua base es ahora un lugar de actividades culturales y turísticas. Esta rehabilitación estuvo en el centro de todo un movimiento de dinamización cultural y social que se produjo en esta localidad francesa.
Pero para Émile no se trata de rehabilitar y hacer nuevos usos de los espacios sin tener en cuenta tres puntos que remarcó durante su ponencia: la historia de estos lugares, la propia arquitectura del lugar y la relación de los espacios con el paisaje. Sobre estas cuestiones hablamos con ella.
FERROL360 – ¿Cómo crees que deberíamos abordar el tema de las rehabilitaciones del patrimonio militar?
ÉMILE D’ORGEIX – Creo que abrir este tipo de foros es lo primero que hay que hacer. Ir construyendo una visión de lo que está hecho para no volver a cometer los mismos errores. Lo que es más complicado es que el patrimonio militar es muy diverso y muchas estructuras ya son conocidas por la población. Ya son espacios por los que la gente camina o hace un picnic. Esos espacios ya, de alguna manera, son más públicos. Hay otros sitios más ocultos que nunca han sido abiertos, la gente no los conoce, y la única relación que tienen con la población son la memoria de una guerra, en muchos casos. En esos espacios es más difícil construir una visión pública porque la gente los desconoce.
La base de Saint Nazaire me resulta interesante porque el municipio apenas podía hacer nada técnicamente, pues un búnker son bloques de hormigón gruesos muy complicados de intervenir en ellos. La idea entonces era invertir en el propio paisaje, poder acceder a las vistas que hay en este emplazamiento y abrirlas al público. Es muy importante entender qué tipo de lugar es exactamente el que nos planteamos rehabilitar. Empezando por definirlo etimológicamente, porque una batería pueden ser muchas cosas. Tenemos que comprender el lugar y ver qué paisaje, qué vegetación tenemos, y construir de forma coherente algo que nos permita tener una mirada sobre el pasado, pero también proyectándonos al futuro…
360 – Quería preguntarte por ese respeto al sustrato histórico de los espacios, ¿cómo podemos rehabilitar y darles un nuevo uso, sin perdernos lo que tiene que ver con la historia, con lo que existía previamente en estos lugares?
ÉD – Exactamente, tenemos que segmentar las diferentes capas de lo que ha sucedido en los lugares para que en el futuro la gente pueda integrar sus nuevos usos, pero sin olvidar la historia de lo vivido… Hay algo que tenemos que tener en cuenta y es que somos países viejos. Tenemos que recuperar y definir los lugares para que diferentes generaciones encuentren algo que hacer en ellos.
Pensemos que la gente que vivió las guerras es muy mayor o ha fallecido, pero es importante que las nuevas generaciones sepan lo que ha sucedido. Es una oportunidad de conocer la historia, pero también de superarla. Tiene que haber un hilo conductor del pasado al futuro, sin ser espacios cuya única finalidad sea la memoria. Superar lo sucedido es darle una proyección nueva de cara al futuro. No es fácil construir ese hilo, pero es importante. No quedarse en el pasado, ni sólo darle un uso nuevo como si no tuviese una historia propia.
360 – En Francia, cuando iniciasteis las rehabilitaciones de este tipo de patrimonio, ¿se abrió algún tipo de proceso para que los ciudadanos pudiesen elegir qué uso les parecía mejor dar a los espacios?
ÉD – En Francia se ha ido haciendo de todas maneras. Hay lugares que se han privatizado siendo vendidos a particulares, que eran los casos que vimos de viviendas realizadas en búnkers, por ejemplo. Hay otros espacios que son híbridos, públicos-privados… No tenemos lo que podríamos llamar un manual de la buena práctica. Tenemos consultantes que dan consejos, pero no tenemos un órgano o una institución que regule las buenas prácticas. En muchos casos, después de llevarse a cabo la rehabilitación, pasan a ser gestionados por algunas asociaciones, o se ceden sus usos porque son comprados por municipios.
Lo que es interesante es que son lugares que se pueden reinventar libremente. Hay que pensar que económicamente sean rentables para el municipio y que no supongan mucha carga económica. Y, por último pero imprescindible, el respeto de ciertos elementos del paisaje. La arquitectura militar obedece a un paisaje y a una topografía. Hay que construir algo que respete la vista que tenían los militares. Respetar los árboles que existían, la vegetación propia de los espacios… Esto es importante porque lo interesante es la hibridación entre lo nuevo y lo viejo. No restituirlo sin que haya una lógica de sostenibilidad.
En los tres días que ha durado el foro se han podido abordar las cuestiones sobre la intervención en patrimonio militar desde múltiples perspectivas: desde ideas concretas, a otras más poéticas. Destacó también la intervención de Alberto Ruiz de Samaniego, quien hizo un viaje genial a través de las alegorías de las construcciones militares, una visión desde lo poético y simbólico que éstas ocultan. Con un final donde explicaba la relación del ser humano con la muerte a través de unos versos de Antonio Machado.
Apuntando ao mar ha sido un foro donde se ha abordado el tema de la rehabilitación de espacios que son patrimonio militar desde múltiples perspectivas, en las que todas aportan sin duda un grano de arena para saber abordar el futuro de nuestras construcciones militares. Un nuevo futuro para nuestra comarca que ojalá traiga una visión respetuosa y cuidada de nuestro patrimonio militar y de sus entornos naturales.